MADRID. Los clientes particulares siguen sin acercarse a los concesionarios para comprar un automóvil nuevo. De tal suerte que en el mes de septiembre los más afortunados han comercializado una media de dos coches por semana, a pesar de ofrecer descuentos de hasta 3.000 euros. Las consecuencias de esta huida masiva de clientes se han plasmado en un retroceso del 1,7 por ciento el pasado mes, cerrado con 55.572 unidades, un volumen propio del año 1993. Y el dato resulta engañoso porque en los últimos días las marcas han recurrido a las automatriculaciones para engrosar sus ventas, según coinciden en señalar las patronales de los concesionarios (Faconauto) e importadores (Aniacam). Tomando como referencia los nueve primeros meses del año las ventas se desploman un 20,7 por ciento, hasta las 623.926 unidades. La cifra es tan baja que Aniacam ha optado por revisar nuevamente su previsión, situándola en 830.000 unidades para el conjunto del año, mientras que los vendedores agrupados en Ganvam la recortan aún más, hasta las 820.000 unidades. Una de las principales consecuencias de este mercado a la baja se traslada al envejecimiento del parque. Según los fabricantes (Anfac), el parque español de turismos camina hacia los diez años de edad media, lo que le convierte en uno de los más antiguos de Europa. El sector reclama al nuevo gobierno medidas revitalizadoras con carácter de urgencia, tales como un plan de achatarramiento.