El supervisor impide esta retribución con el despido disciplinario de María Dolores Amorósmadrid. En plena crisis económica y con una caja en la ruina, la directora general de la CAM, María Dolores Amorós, se fijó una pensión vitalicia de 30.791 euros al mes -369.497 euros al año-. Esta cláusula laboral la pactó con el expresidente, Modesto Crespo, días después de su nombramiento en el cargo, en noviembre de 2010. El Banco de España, debido a este contrato, ha decidido esta semana despedirla de manera fulminante. El despido ha sido con carácter disciplinario, por lo que no percibirá indemnización alguna ni tendrá derecho a recibir dicha pensión. Desde principios de agosto, Amorós estaba apartada de su cargo de manera temporal debido a la intervención de la entidad por parte del supervisor ante su situación de insolvencia, aunque estaba cobrando el sueldo -593.040 euros anuales-. Fuentes de la caja señalaron ayer que los administradores colocados por el regulador han adoptado la medida al considerar que la directora "actuó en beneficio propio al calcular su pensión". Pero no es la única causa que ha motivado el despido disciplinario. Los gestores del fondo público opinan que Amorós "falseó las cuentas para ocultar la debilidad financiera de la entidad", cuentas que no estaban auditadas, y por llevar a cabo una "deficiente gestión". La caja, tras la ruptura de la fusión con Cajastur, Extremadura y Cantabria, publicó unos resultados positivos en el primer trimestre del año. Tras la intervención, el supervisor ha aflorado unas pérdidas entre enero y junio de 1.135 millones al contabilizar una morosidad superior al 20 por ciento, frente al 9 por ciento declarada. La auditoría elaborada por KPMG, terminada este mes de septiembre, subraya que los directivos habían descuidado la gestión y el control de riesgos desde marzo -fecha de la ruptura de la integración- al haber puesto todos sus esfuerzos en hallar inversores privados que garantizaran su viabilidad en solitario sin las ayudas del Estado. Los socios de la CAM decidieron romper el grupo por engaño, tras desvelarse una morosidad mayor de la inicialmente calculada. Con las nuevas cifras pensaron que el proyecto no era sostenible y que necesitaban ayudas muy por encima de las percibidas. Amorós sustituyó a Roberto López Abad. La directora general podrá presentar un recurso a su expediente, ya que su sueldo fue pactado y aprobado por los órganos de gobierno de la entidad. Fuentes internas de la CAM señalan a este periódico que las retribuciones de los altos cargos correspondían estrictamente al presi- dente. Al parecer, la Comisión de Nombramientos y Retribuciones sólo fijaban los criterios generales por los que se tenían que establecer las remuneraciones en el grupo. Otras fuentes internas sostienen además que la Comisión de Control no podía ejercer sus funciones claramente en esta materia, porque todas estaban anotadas de manera conjunta, lo que impedía conocer el sueldo y las cláusulas de forma individual.