La aeronave militar A400, en cambio, será entregada con retrasoberlín. Tras retrasos, problemas y más retrasos, Airbus parece haber cogido por fin carrerilla en la producción de su modelo estrella, el avión de pasajeros A380, el más grande del mundo. Según cálculos de la propia empresa, le será posible entregar a tiempo a Singapore Airlines la segunda de las 19 aeronaves que la aerolínea asiática ha encargado al consorcio europeo. La entrega podría producirse incluso a finales de esta semana y adelantarse así en más de medio mes a las fechas que se barajaban a finales de 2007. Antes de que termine febrero Singapore Airlines podría contar además con un tercer A380 para su flota mientras que para principios de 2009 la aerolínea espera haber recibido al menos otras tres máquinas más. Para Airbus, que espera montar hasta trece A380 en 2009 y 25 el año siguiente, éste adelanto supone un pequeño primer éxito. Eso sí, por mucho que ahora quiera ofrecer una imagen de alumno aventajado a Airbus le costará mucho borrar de la mente de sus clientes y de la opinión pública la dura crisis que ha vivido desde que hace dos años se dieran a conocer los enormes retrasos en la construcción y puesta a punto de este mismo modelo. Retraso del A400 A pesar de las medallas que ahora se quiere colgar, sobre la matriz de Airbus, EADS, pende ahora la sombra de otro posible retraso, en este caso en el modelo de transporte militar A400M. Según la publicación alemana Wirtschafts Woche, Airbus habría detectado nuevos problemas con esta nave, lo que podría provocar otro retraso de varios meses sobre la fecha de entrega, que previamente ya se había pospuesto en medio año, hasta el próximo julio. En un primer momento se habló de dificultades en el turborreactor del A400M a las que ahora habría que añadir además problemas en el fuselaje y las alas de la aeronave. Con semejante diagnóstico técnico algunos directivos ven en peligro los cálculos de Airbus para la entrega de este modelo, del que el ejército alemán ya ha encargado 60 aviones por la nada despreciable cantidad de 8.600 millones de euros.