Blanco inaugura la línea de Cercanías a Barajas, que abre la puerta de la alta velocidad a la T-4 en menos de un añomadrid. El ministro de Fomento, José Blanco, se despidió ayer de su actividad institucional casi como empezó. Si en abril de 2009 uno de sus primeros guiños en la recién inaugurada cartera fue con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ayer cerraba su ciclo como ministro también con ella en la inauguración de la nueva línea del tren de Cercanías a Barajas, que permitirá la llegada del AVE a la T-4 en menos de uno año. Aunque Aguirre le dio un imperceptible tirón de orejas por no cumplir bastantes de sus promesas de infraestructuras en la Comunidad de Madrid, también le agradeció los más de 220 millones de euros que el Estado se ha gastado en una obra que permitirá unir los trenes de Cercanías desde Atocha a la T-4 en 25 minutos. Un tiempo que se reduce sólo a los 11 minutos si el viaje es desde la estación de Chamartín. Esta nueva infraestructura de poco más de ocho kilómetros ya está preparada para que por sus vías puedan circular los trenes de alta velocidad a partir de la segunda mitad del próximo año, cuando se terminen las obras del túnel desde Atocha a Chamartín. Blanco también aprovechó su última comparecencia como ministro de Fomento para anunciar que a partir del próximo mes de octubre la línea de alta velocidad entre Madrid y Barcelona llevará incorporado el sistema de señalización ERTMS 2 (hasta ahora operaba con el ERTMS 1). Gracias a este avance, los trenes superarán en algunos tramos la velocidad punta de los 300 kilómetros por hora, lo que permitirá reducir la duración de los trayectos entre la capital de España y la Ciudad Condal por debajo de las dos horas y media. En la actualidad, el AVE a Barcelona más rápido tarda oficialmente dos horas y 38 minutos. Además de una mayor velocidad punta, el nuevo sistema permite una menor distancia entre tren y tren en las franjas horarias más transitadas.