ALA considera que las elecciones contaminan el procesoMadrid. Privatizar los aeropuertos españoles en pleno proceso electoral, sin conocer las reglas de juego del futuro Gobierno, es una equivocación. Eso es lo que piensa la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que agrupa a más de cincuenta compañías aéreas regulares que operan en España, tanto nacionales como internacionales. La postura coincide con la adoptada recientemente por el Partido Popular. Aena ya ha puesto en marcha el concurso para privatizar la gestión de los aeropuertos de Madrid-Barajas y El Prat de Barcelona, que según el calendario previsto quedará resuelto el próximo mes de noviembre. También se ha abierto la privatización del servicio de trece torres de control aéreo. En una carta titulada "La privatización puede esperar" y dirigida a sus afiliados por Juan Luis Burgué, gerente de la asociación, se afirma que las "discrepancias entre el partido del Gobierno y el de la oposición con respecto a la privatización de los aeropuertos españoles, a menos de dos meses de las elecciones generales, constituyen un nuevo motivo de incertidumbre para la actividad del transporte aéreo en España". La asociación considera que la privatización es una decisión trascendente para una actividad esencial como el transporte aéreo, que no ha sido consensuada, y que se produce al término de la legislatura, razones por las cuales aconseja su retraso. Precipitación En esta misma línea afirma que los proyectos de privatización se han decidido de forma "precipitada y poco explicada" y sin que formasen parte del programa electoral del Gobierno. "Con la paradoja -añade la carta de la asociación- de que los responsables de ejecutarlos pueden estar fuera de la gestión, incluso antes de que concluya el proceso". La asociación también precisa que lo relevante no es la titularidad pública o privada de los aeropuertos, sino la eficiencia de la gestión que se realice desde cualquiera de esos ámbitos y recuerda que la cadena de valor del transporte aéreo ha seguido procesos de privatización desiguales. Desde una óptica puramente económica, ALA recuerda que una gran parte de los aeropuertos españoles es deficitaria y algunos de ellos son inviables. Tteme que las compañías aéreas acaben pagando a través de las tasas y los precios las pérdidas de aquellos aeródromos cuya gestión no pase a manos privadas y sigan bajo el paraguas público. "Por ello -concluye la carta- pensamos que lo más prudente sería aplazar las decisiones hasta la culminación del proceso electoral" y esperar a que el nuevo Gobierno "tome las decisiones de acuerdo con su programa electoral en esta materia".