Ayer se cumplieron seis meses desde que se produjera el mayor desastre nuclear tras Chernobyl, el de Fukushima, y Cameco -el principal productor de uranio del mundo- le lanzó la semana pasada una oferta a la también canadiense Hathor Exploration por el 40% de la compañía, a un precio de 530 millones de dólares (unos 373 millones de euros).La operación se produce después de que las conversaciones entre ambas para fusionarse fracasaran. Y a pesar de que ésta última añadiese que no deja de estar en conversaciones con otros compradores potenciales. Una oferta hostil que podría reavivar el interés por la adquisición de las minas de uranio, que han perdido la mitad de su valor desde la crisis, según Sterne Agee & Leach y Rivanna Capital LLC. "Este movimiento indica una dosis de racionalidad con respecto al futuro de la nuclear", según Ben-Ari Elias, analista de Sterne Agee. "La gente había estado tratando de averiguar cuáles serían las necesidades después del terremoto y la crisis en Japón. No hubo mucho pánico. Y como el miedo desaparece, podríamos ver más ofertas." El precio Antes del anuncio oficial de la oferta, Cameco dijo que había enviado una carta a los accionistas el pasado 19 de agosto a su sede en Vancouver, puesto que las dos compañías no terminaban de ponerse de acuerdo con respecto al precio final, según palabras del propio presidente, Timothy Gitzel. "La conclusión fue que no acabábamos de ver las reglas del juego, no teníamos clara la valoración". Por su parte, los directores de Hathor advirtieron a sus accionistas de que no deberían ofrecer sus participaciones a Cameco hasta que la empresa hubiera tenido "el tiempo suficiente para responder". La oferta pública de adquisición expira el próximo 31 de octubre, y ofrece a los propietarios 3,75 dólares por acción de Hathor en efectivo. La semana pasada sus títulos terminaron a 4,12, un 9,9 por ciento por encima de la oferta inicial. Un valor relativo "Definitivamente, creemos que la valoración de Cameco es baja y obviamente de esa manera lo está traduciendo el mercado". Así lo manifestaba Tony Nunziata, portavoz de Hathor, el pasado 2 de septiembre. "Tenemos otras empresas interesadas, y estaremos muy atentos a si hay alguna que nos parezca mejor o si Cameco eleva el precio". Por cierto, se trata del primer movimiento llevado a cabo por el nuevo presidente de la compañía de Ontario, que asumió su cargo en julio. Por entonces ya adelantó que su intención era estudiar posibles compras, una vez que el desastre nipón hubiera empujado a la baja los precios del uranio. No deja de ser significativo este interés renovado por la nuclear, porque cuando Japón sufría las consecuencias de la tragedia y se veía afectada por los apagones, el entonces primer ministro Naoto Kan, fue llamado por la población a poner fin a su dependencia de la energía atómica. Complicada decisión, máxime cuando la nuclear había suministrado el 30 por ciento de la electricidad a Japón en los años anteriores a la crisis. Al final decidió aprobar una ley de renovables para conseguir que el 20 por ciento de la energía fuese limpia en 2020. El desastre hizo que el uranio cayera un 27 por ciento en tres días, hasta los a 49,99 dólares por libra de U3O8. Los precios habrían rebotado hasta los 61,27 dólares hacia el 24 de marzo, para volver a retroceder hasta los 48,75 dólares del pasado 30 de agosto. El objetivo de Gitzel con las adquisiciones es doblar su producción de uranio hasta los 40 millones de libras (unos 45 millones de euros) de aquí al año 2018. Sobre todo, después de que los títulos cayeran más del 60 por ciento desde el récord marcado hace cuatro años. Poder nuclear Los países en vías de desarrollo como China, India y Rusia se están resituando para no perder la carrera de la nuclear y su poder. Aproximadamente 180 millones de libras de mineral de uranio fueron utilizados el año pasado, lo que excedió la producción en 40 millones. China tiene 14 reactores nucleares, 26 en construcción y 52 más en estudio, según la web de la Asociación Mundial Nuclear. India tiene seis en construcción y 17 planificadas, mientras Rusia tiene 10 en marcha y 14 en vistas. "Esos países son los grandes jugadores internacionales, los que van a llevar la voz cantante en la siguiente ola de demanda de la energía nuclear y el uranio", según Ben Mackovak, de Capital Rivanna .