Para el presidente del Santander es una garantía de estabilidad y crecimientoM;onza. No es Emilio Botín, presidente del Grupo Santander, una de las voces que ponen en duda al euro ahora que nos encontramos en medio de la más grave crisis de deuda soberana europea. El banquero, en una cena informal celebrada el pasado sábado en la localidad italiana de Monza, a la que también asistió el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, realizó una encendida defensa del euro y de la unión monetaria como solución a los actuales problemas financieros. Para el máximo dirigente de la cuarta mayor entidad financiera del mundo, la moneda única europea supone una garantía de estabilidad y de crecimiento. En cuanto a su entidad, Botín considera que el Santander está mejor preparado que otros grupos bancarios para seguir la senda de creicmiento y recordó que la entidad, un verdadero banco global, no sólo cuenta con una presencia significativa en España, sino que también es un jugador importante en otros mercados como Reino Unido, Brasil, México, Estados Unidos, Polonia o Alemania. Además, cuenta con la ventaja de que esa presencia se reparte entre países que cuentan con mercados maduros y otros que tienen un gran potencial de crecimiento, al tratarse de emergentes. En medio de la crisis que azotaa las principales economías desde hace ya más de tres años, esa diversificación geográfica también proporciona una estabilidad a los ingresos del grupo que preside. El Santander es uno de los grupos financieros que más compras realizó a lo largo de los últimos años, que aprovechó tanto para mejorar su presencia en mercados donde ya estaba presente, como Reino Unido y Estados Unidos, como para realizar adquisiciones en nuevos mercados, como en Polonia. Según uno de los últimos informes de Standard & Poor's la entidad que preside Botín, junto a BBVA, figuran en los mejores cuatro puestos de la banca europea, de un total de cincuenta examinadas, por solvencia. La agencia de calificación alaba la diversificación del Santander y las compras en plena crisis, y considera que el perfil financiero del grupo español continue dando síntomas de fortaleza. Para S&P, el mayor peligro para la banca europea es el acceso a la financiación en los mercados.