Descarta una recesión global si los bancos centrales moderan los tipos de interésbruselas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) aprovechó ayer la publicación de su última tanda de previsiones económicas para prescribir a España una nueva lista de deberes mediante los que salir de la crisis. Instó a realizar una nueva reforma laboral, y a prever nuevos ajustes presupuestarios para combatir el déficit público. "El coste de despedir trabajadores con contratos fijos debería reducirse más, y se debería avanzar hacia un contrato laboral único", recomendó el organismo con sede en París. También aconsejó que "para impulsar la creación de empleo, deberían flexibilizarse los requisitos legales para que las empresas apliquen los resultados de las negociaciones colectivas sectoriales". La OCDE calcula que España cerrará este año con un déficit público en un nivel equivalente al 6,3 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB); lo que supondría incumplir el compromiso español ante la zona euro de alcanzar el 6 por ciento este año, tras el 9,2 por ciento de 2010. Pero cree que en 2012 el déficit será del 4,4 por ciento, de modo que España sí cumpliría su promesa y se acercaría a su objetivo de dejar este indicador en el 3 por ciento en 2013. Ahora bien, este organismo advierte que "algunas de las reducciones de gasto planeadas en 2012 aún deben especificarse y el Gobierno debería estar preparado para introducir nuevas medidas si fueran necesarias". La OCDE no se cree las previsiones del Gobierno y calcula que la economía española crecerá un 0,9 por ciento este año, y un 1,6 por ciento el que viene, tras haber caído un 0,1 por ciento en 2010. El paro subirá del 20,1 por ciento de la población activa registrado en 2010 al 20,3 por ciento en 2011, y bajará al 19,3 por ciento en 2012. Escapar a la recesión global Fuera de la piel de toro, la OCDE se suma al coro según el cual el crecimiento de las economías desarrolladas se desacelerará marcadamente en la segunda mitad de este año. Destaca que en el último trimestre, la locomotora alemana se gripará y su PIB se contraerá en términos trimestrales un 1,4 por ciento. Pero esta institución considera que no se producirá un desplome tan alarmante como el de 2008 y 2009. Para prevenirlo, reclama que los bancos centrales mantengan los tipos de interés en sus bajos niveles actuales, o que incluso los rebajen apenas tengan margen. Entre las causas de la ralentización de la economía que, de hecho, las estadísticas demuestran que ya ha comenzado durante el segundo trimestre de este año, al menos en la zona euro, la OCDE subrayó que el impacto de la catástrofe nuclear en Japón ha sido mayor del inicialmente esperado, aunque ya se esté diluyendo; que el alza de los precios de las materias primas también ha sido más dañino de lo que se calculó hace unos meses; y que los recortes presupuestarios para contener los déficits y las deudas públicas han sido más abruptos, al igual que el saneamiento de las cuentas del sector privado. Pese a sus efectos negativos inmediatos sobre el crecimiento, la OCDE mantiene que es una buena noticia que el sector público y el privado se estén aplicando en poner sus arcas en orden. Y ayer destacó iniciativas como la adoptada por España de incluir en su Constitución una regla para encorsetar el gasto de las Administraciones. Como no podía ser de otra manera, la OCDE reclamó la recapitalización de los bancos para eliminar la incertidumbre que pesa sobre el buen funcionamiento de la economía. Y añadió que mejorar la arquitectura de la zona euro es vital para que los operadores recuperen la confianza en la recuperación.