Los jueces refuerzan la capacidad del Parlamento para autorizar nuevas operaciones de salvamento Berlín. El Tribunal Constitucional tendió ayer una mano a Ángela Merkel, al desestimar las tres demandas judiciales presentadas por un grupo de euroescépticos alemanes contra las ayudas financieras para Grecia y el primer montante del fondo de rescate europeo, acordados en mayo de 2010. Con su sentencia, los jueces de Karlsruhe dan luz verde al primer rescate de las arcas helenas, por valor de 110.000 millones de euros, y allanan algo el camino para que consiga que el Bundestag apruebe el segundo tramo de estímulos y la reforma del EFSF, que los diputados votarán previsiblemente el próximo 29 de septiembre. Así, el TC echa por tierra el argumento de los demandantes (entre los que se encuentran varios expertos en derecho e incluso miem- bros de la coalición del Gobierno), que aseguraban que aquella primera inyección financiera para Grecia era inconstitucional, pues contradecía el Tratado de la UE, por el que los países no pueden cargar con la deuda de sus vecinos en apuros. Esto es lo que muchos denominaron una "Unión de Transferencia", donde los países que mejor hicieron sus deberes de ajuste y consolidación deben pagar por los fallos de los que no siguieron las instrucciones, argumentan. El Tribunal recoge en su fallo que no comparte esa tesis y que las decisiones del Gobierno federal adoptadas en 2010 son perfectamente legítimas y constitucionales. Con la sentencia, el Tribunal no pone nuevas trabas para la votación a finales de septiembre (el gran temor de muchos), sin embargo, tampoco tiñe el camino de rosa. Pues al tiempo insta al Ejecutivo a conferir más poder al Bundestag, a la hora de decidir salvar de aquí en adelante a los países con elevado endeudamiento. "El fallo no debe significar una autorización en blanco para los futuros rescates", reza la sentencia, para la que los jueces se remontan a los Tratados de Maastricht y Lisboa. El presidente del Tribunal, Andreas Vosskuhle, advirtió de que no debe producirse un "automatismo" en las transferencias que apruebe el EFSF. Por ello, a partir de ahora, el Bundestag influirá en cada decisión del fondo de rescate de la UE, aunque las medidas sólo han de ser aprobadas por la Comisión Presupuestaria de la Cámara. No hará falta que el pleno debata ni que apruebe los movimientos financieros del fondo europeo. Ahora es tarea de la dama de hierro convencer a sus correligionarios de aquí al 29 de septiembre. Aún a día de hoy, no está claro que vaya a conseguir la mayoría necesaria sólo con los votos de sus filas. En tal caso necesitaría otro apoyo de parte de la oposición. Las reacciones fueron heterogéneas. De un lado, los euroescépticos se mostraron decepcionados ante el fallo del Tribunal, que propicia que el contribuyente alemán cargue nuevamente con gastos "que no le corresponden". Por su parte, el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, afirmó que la verdadera ganadora del día es la democracia. Desde las filas de la oposición alemana pudo respirarse el alivio.