Con 854 millones en pérdidas, se abre un periodo de vacas flacas para Wall Streetnueva york. Una nueva catástrofe se cierne sobre Wall Street. Por primera vez en sus 84 años de historia, Bear Stearns ha registrado una pérdida trimestral y ha añadido otros 1.900 millones de dólares en amortizaciones para hacer frente a las malparadas inversiones en hipotecas inmobiliarias. Con este panorama, la entidad se suma al club de compañías financieras para los que la segunda mitad de 2007 se ha convertido en una pequeña pesadilla. Así, el banco de inversión ha registrado una pérdida neta de 854 millones o 6,90 dólares por acción durante los tres últimos meses de su año fiscal, que terminó el pasado 30 de noviembre. Paradojas de la vida, el año pasado Bear Stearns se embolsaba un beneficio de 563 millones de dólares durante estas mismas fechas. Quizás la cifra que mejor refleja la hecatombe que se vive dentro de la compañía es la que se refiere a sus ingresos. En su cuarto trimestre fiscal la entidad restaba 379 millones de dólares mientras que en 2006 inyectó alrededor de 2.400 millones de dólares. Una vez más, los malos resultados vuelven a superar las previsiones de los más escépticos, que esperaban que las pérdidas no superaran los 1,79 dólares por título. Esta situación ha desatado cierto desconcierto dentro de Bear Stearns. La compañía había pronosticado que su amortización alcanzaría los 1.200 millones de dólares, aunque las condiciones del mercado crediticio han incrementado sensiblemente la cifra. James E. Cayne, presidente y consejero delegado de Bear Stearns, declaró: "Estamos disgustados con los resultados de 2007, especialmente por el hecho de que la debilidad de nuestro segmento de renta fija haya contrarrestado el buen comportamiento de otras áreas". Como ya sucedió el pasado miércoles en Morgan Stanley, el capitán del Bear Stearns anunció que tanto él, como todo el equipo ejecutivo de la entidad renunciaban al bonus correspondiente al ejercicio 2007. Pese a que las pérdidas de Bear Stearns no son tan espectaculares como las registradas por colegas como Merrill Lynch, la entidad se ha visto bastante perjudicada por el tsunami de las hipotecas de alto riesgo. De hecho, el pasado miércoles, la compañía era demandada por Barclays Bank, que acusa a la firma financiera de haber llenado uno de sus hedge funds con activos "tóxicos" por valor de 500 millones de dólares, semanas antes de que dos fondos de Bear Stearns quebraran y dieran el pistoletazo de salida a la tormenta que se cierne sobre Wall Street. Aún así, ésta no es la única investigación que se cierne sobre el banco. Ralph Cioffi, el director de los fondos que entraron en quiebra, abandonaba esta semana la compañía mientras los fiscales examinan si el directivo sacó dinero de dichos fondos antes de que estos perecieran.