Salgado descarta que se necesite ayuda externa y que la economía vaya a entrar en recesiónToxo desveló ayer que el presidente transmitió a los agentes sociales el riesgo de un rescatemadrid. Las confesiones no siempre se quedan en el ámbito de lo privado. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, dio ayer muestra de ello al admitir que en la reunión que mantuvo el pasado 17 de agosto con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero les confesó que la economía española estaba "al borde del abismo". "Nos dijo que (la economía) estaba muy mal, que él la había visto al borde del abismo, en forma de rescate", aseguró Toxo en TVE. Poco después, la vicepresidenta para Asuntos Económicos, Elena Salgado, salió a escena para tranquilizar sobre la filtración y realizar un doble descarte. El primero que España vaya a necesitar un rescate financiero. Preguntada por si descarta que se tenga que pedir ayuda externa, Salgado aseguró en la Ser: "Sí, por supuesto". Con todo, la número dos del Ejecutivo reconoció que nuestro país no es ajeno a "la incertidumbre sobre el crecimiento de las economías desarrolladas". El segundo descarte, que la economía española vaya a entrar en recesión después de las declaraciones realizadas el domingo por la directora gerente del FMI, Christine Lagarde que ayer sacudieron a las bolsas europeas. Toxo también evitó hacer una lectura "tan drástica" de la situación actual. Cree que la economía está entrando en "un terreno de crecimiento plano", mientras que el líder de UGT, Cándido Méndez, más pesimista, advirtió de que "las cosas pueden empeorar" con motivo de la reforma de la Constitución para limitar el déficit que fue consecuencia directa del recrudecimiento de la crisis de deuda en agosto. En relación a la reforma en la Carta Magna para limitar el déficit público por la que hoy se manifiestan los agentes sociales y que mañana llega al Senado, CiU ya avanzó que no votará, como tampoco lo hizo en la Cámara Baja. Según confirmaron fuentes parlamentarias a Ep, CiU ha registrado ocho enmiendas de cara al debate, las mismas que ya presentaron en el Congreso y que no obtuvieron el respaldo de PSOE y PP, que intentaron sumarlos al acuerdo hasta el último minuto.madrid. Las confesiones no siempre se quedan en el ámbito de lo privado. El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, dio ayer muestra de ello al admitir que en la reunión que mantuvo el pasado 17 de agosto con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero les confesó que la economía española estaba "al borde del abismo". "Nos dijo que (la economía) estaba muy mal, que él la había visto al borde del abismo, en forma de rescate", aseguró Toxo en declaraciones a TVE. Sin embargo, el líder sindical evitó hacer una lectura "tan drástica" de la situación económica actual coincidiendo con los temores que en las últimas horas ha puesto sobre la mesa el Fondo Monetario Internacional y que ayer se tradujeron en un desplome de las bolsas europeas. Toxo considera, con todo, que la economía española está entrando en "un terreno de crecimiento plano" de forma que los efectos sobre el paro permanecerán "durante mucho tiempo". Por su parte, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, más pesimista, advirtió de que "las cosas pueden empeorar y, también, la situación económica si no se cambia de raíz la política económica". En este sentido, Méndez estableció un vínculo directo entre el empeoramiento y la reforma de la Constitución para limitar el déficit público que fue consecuencia directa del recrudecimiento de la crisis de deuda en agosto. CiU no votará en el Senado En relación a la reforma en la Carta Magna para limitar el déficit público por la que hoy se manifiestan los agentes sociales, que la semana pasada aprobó el Congreso y que mañana llega al Senado, CiU ya avanzó que no votará, como tampoco lo hizo en la Cámara Baja. Según confirmaron fuentes parlamentarias a Ep, CiU ha registrado ocho enmiendas de cara al debate de la reforma en la Cámara Alta, las mismas que ya presentaron en el Congreso y que no obtuvieron el respaldo de PSOE y PP, que intentaron sumarlos al acuerdo hasta el último minuto.