Los bajistas se han convertido en los dueños y señores de la renta variable tanto en Europa como en Estados Unidos, además de en algunos de los principales mercados emergentes, como China. Con una notable excepción: el Nasdaq 100, que se desmarca del resto tanto por técnico como por fundamentales. Ni siquiera han ayudado a animar los mercados los datos macroeconómicos que se han publicado esta semana al otro lado del Atlántico, con el ISM a la cabeza. El índice manufacturero se situó el mes pasado por encima de los 50 puntos, la frontera que separa la expansión de la recesión económica según los economistas, mientras que el consenso que recoge Bloomberg esperaba que cayera hasta los 48,5. Pero, aún así, se trató del peor dato desde abril de 2009. Con este escenario pantanoso, cada vez resulta más difícil moverse en la renta variable. Esta semana apenas ha habido cambios en nuestra cartera. De hecho, no ha habido una sola apertura, aunque seguimos detectando valores que podrían convertirse en una oportunidad para tomar posiciones a la baja, como Mapfre, que ha desplegado un nuevo patrón bajista. Por el lado de los cierres, nuestros movimientos se han concentrado en EEUU. El miércoles aprovechamos para reducir nuestra exposición al índice Russell 2000, y ayer viernes recogimos beneficios de forma parcial en la tecnológica Cerner. Pero, donde sí nos hemos movido más ha sido en otros mercados, como las materias primas y las divisas. Entre las primeras, los recursos agrícolas están demostrando ser uno de los pocos bastiones que les quedan a los alcistas. Así, vigilamos de cerca el comportamiento del fondo cotizado (ETF) de referencia en este activo, el DBA. Pusimos en marcha una operativa en este producto el pasado 24 de agosto, y estamos esperando que las correcciones que se han visto estos días lo acerquen hasta el nivel de los 33, donde podríamos aprovechar para aumentar nuestras posiciones. De momento, se mueve alrededor de los 33,7. Mientras, en el terreno de las divisas ha sido una semana de infarto. Sin duda, aunque nuestra exposición global a este activo se haya contraído levemente, hasta el 8 por ciento, la apertura de nuevas estrategias en divisas ha sido uno de los asuntos más destacados de la semana. El lunes decidimos ponernos cortos en el dólar en su cruce con la corona checa. Sin embargo, conforme ha ido avanzando la semana el billete verde ha recuperado pulso alcista, sobre todo frente a sus principales pares. Esto amenaza con provocar un fallo alcista en el euro y nos ha obligado a cerrar parcialmente la libra/dólar. Un activo en el que llevamos tiempo sin movernos, pero que vigilamos es la renta fija. El bono a 10 años de EEUU testa el soporte histórico del 2 por ciento, y de su ruptura o rebote depende el tono que vaya a tomar nuestra estrategia. Y no sólo en el papel norteamericano, sino también en el europeo, donde también nos plantearíamos poner en marcha una operativa de uno u otro signo.