El lunes finaliza el plazo para acreditar la viabilidad económica y financieramadrid. Algunas de las principales empresas concesionarias españolas seguían ultimando a última hora de ayer viernes la formación de los consorcios que se presentarán al concurso de privatización de la concesión de los aeropuertos de Barajas (Madrid) y El Prat (Barcelona), abierto por Aena Aeropuertos el pasado 30 de julio. Y lo más probable es que en algunos casos las negociaciones prosigan durante todo el fin de semana, dado que el plazo concedido por Aena Aeropuertos para presentar la documentación técnica y económico-financiera que abre las puertas a la precalificación expira el próximo lunes a las 13.30 horas. Salvo Sacyr Vallehermoso, que ha tirado la toalla de forma anticipada y se encuentra en otras batallas de distinto calado, la fase previa contará en principio con la presencia de cuatro grandes consorcios. Está confirmada la participación de Ferrovial y Abertis, y es casi seguro -salvo sorpresa de última hora- que Acciona y OHL completen el reducido listado de grupos que aspiran a controlar el 90,05 por ciento del capital de las empresas concesionarias encargadas de gestionar ambos aeropuertos durante veinte años. A marchas forzadas Acciona, por ejemplo, negociaba a marchas forzadas a cierre de esta edición la formación de un consorcio integrado por compañías españolas y extranjeras capaz de presentar la documentación requerida por Aena Aeropuertos. En una situación similar se encontraba el grupo OHL. Una de las razones que explican la tardanza en la formación de los consorcios reside en las condiciones financieras del pliego de licitación que, entre otros aspectos, exige acreditar unos activos totales en balance por importe igual o superior a 3.000 milloens de euros, además de un canon inicial muy elevado, que en el caso de Madrid-Barajas podría llegar a los 3.800 millones y en el de El Prat a otros 1.600 millones. Fuentes de uno de los consorcios que presentarán su candidatura precisan que este último aspecto ha condicionado la configuración de los grupos, muy preocupados por no consumir recursos propios en demasía e incrementar su endeudamiento, ya de por sí elevado. Además y con la volatibilidad que arastran los mercados, está siendo muy difícil garantizarse la financiación.