Es la cuarta vez en menos de un año que la compañía reduce sus estimaciones madrid. La crisis económica y el parón del consumo han vuelto a pasar factura a Carrefour. La compañía de distribución francesa anunció ayer que ha registrado unas pérdidas en el primer semestre del ejercicio por un importe neto atribuido de 249 millones de euros, frente al beneficio de 97 millones del mismo periodo de 2010. Todo ello ha obligado a la compañía a realizar un nuevo profit warning o revisión a la baja de las estimaciones, el cuarto desde noviembre del año pasado. Carrefour, que antes esperaba un aumento del resultado operativo en 2011, estima ahora que éste se contraerá un 15 por ciento en el conjunto del año, después de que en el primer semestre haya reculado un 22 por ciento, de 989 millones de euros a 772 millones. El grupo destacó que sus ventas fueron "débiles" en Francia y precisó que en Europa la resistencia fue "buena" en España, mientras que se confirmó que en Bélgica, Grecia e Italia estuvieron por debajo de las expectativas. Asia y América Latina mostraron un "sólido crecimiento", agregó Carrefour en un comunicado, en el que destacó el especial auge de los hipermercados brasileños. El resultado del primer semestre se vio afectado por 844 millones de euros de cargas no corrientes -de las que 516 corresponden a depreciaciones de activos- y por una carga impositiva de 490 millones de euros, entre los que se cuentan 268 millones por el riesgo fiscal en España, agregó la empresa. El grupo destacó que la facturación avanzó en el primer semestre un 2,3 por ciento, hasta los 39.607 millones de euros. "Carrefour registró un crecimiento de sus ventas en el primer trimestre de 2011 sostenido sobre los mercados emergentes, pero los resultados no han sido satisfactorios, con una actuación decepcionante en Francia e importantes cargas no corrientes", señaló en un comunicado el presidente de la empresa, Lars Olofsson. Caída en bolsa El anuncio de ayer provocó que la empresa se aproximara a mínimos anuales en bolsa, que marcó el pasado 10 de agosto, al cotizar en 17,41 euros, su nivel más bajo desde marzo de 1995. Empezó la mañana cayendo hasta un 3 por ciento, aunque al final el retroceso fue bastante menor. Al cierre del mercado en París, la compañía perdió un 0,46 por ciento, hasta 18,15 euros por título. Todo en una jornada en la que el índice CAC-40 subió por contra un 3,07 por ciento.