El problema es que los inversores no han apreciado ningún avance en las negociaciones sobre las garantías de pagoEl problema es que los inversores no han apreciado ningún avance en las negociaciones sobre las garantías de pagoAnte la creciente oposición en su partido y la críticas, entre otras la de Helmut Kohl, la canciller dilata la votación atenas/bruselas. Los miembros de la eurozona no han logrado avanzar en la resolución del conflicto de las garantías, que amenaza al segundo rescate de Grecia. La amenaza de Finlandia de que no participar en el auxilio a Atenas, valorado en 109.000 millones de euros, si no cuenta con avales pone en riesgo todo el mecanismo, lo que aumenta el temor a que se produzca un impago de Grecia. Esta incertidumbre se ha visto traducida en los mercados en forma de inestabilidad, sobre todo porque los inversores no han apreciado ningún tipo de avance en las negociaciones en las últimas horas, según declaró una fuente conocedora de la situación a The Wall Street Journal. Además, los inversores no aprecian ningún signo en Finlandia que indique que va a ceder en su postura. De hecho, la rentabilidad de los bonos griegos a dos años se disparó ayer a un récord por encima del 43 por ciento, y el costo de asegurar deuda estatal helena contra un impago también creció profundamente. Los CDS helenos, por su parte, se ampliaban 137 puntos básicos, hasta alcanzar los 2.275. Sin conversaciones Según explicó la fuente, ni el miércoles ni ayer se produjo ningún tipo de conversación bilateral sobre el tema de los avales, pese a la intención inicial de lograr un acuerdo antes del fin de semana. Los gobiernos de la eurozona buscan alguna alternativa para lograr garantías de Grecia, después de que dos de los miembros con más peso en la región, Alemania y Holanda, mostrasen su rechazo al acuerdo alcanzado de manera bilateral entre Grecia y Finlandia. Según dicho acuerdo, Atenas pagaría a Helsinki varios cientos de millones de la ayuda supranacional que reciba, como aval de esos mismos préstamos, a costa de otros países de la eurozona. Debido a que Finlandia solo aporta un 2 por ciento al total de paquete de rescate, las garantías de las naciones más ricas irían directas a Helsinki. Necesidad de acuerdo Y es que, de no resolverse pronto, la disputa sobre las garantías podría provocar el fracaso del segundo plan de rescate a Grecia, acordado por los líderes de la región el pasado 21 de julio. Sin el apoyo de todos los miembros de la zona euro, no es posible entregar los fondos, como tampoco es posible aplicar cambios en el fondo de rescate, tanto el temporal como el permanente, que entrará en funcionamiento en 2013. En la cumbre celebrada el mes pasado, los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona acordaron ampliar y flexibilizar el fondo de rescate, para que además pudiese comprar bonos en el mercado secundario. Sin embargo, los parlamentos nacionales de los países deben aprobar los cambios y el tema de las garantías debe solventarse antes incluso de que se ponga por escrito la propuesta definitiva. "Todas las cuestiones prácticas deben resolverse antes de que el conjunto de medidas sea revisado en los parlamentos", aseguró la fuente.atenas/bruselas. Los miembros de la eurozona no han logrado avanzar en la resolución del conflicto de las garantías, que amenaza al segundo rescate de Grecia. La amenaza de Finlandia de que no participar en el auxilio a Atenas, valorado en 109.000 millones de euros, si no cuenta con avales pone en riesgo todo el mecanismo, lo que aumenta el temor a que se produzca un impago de Grecia. Esta incertidumbre se ha visto traducida en los mercados en forma de inestabilidad, sobre todo porque los inversores no han apreciado ningún tipo de avance en las negociaciones en las últimas horas, según declaró una fuente conocedora de la situación a The Wall Street Journal. Además, los inversores no aprecian ningún signo en Finlandia que indique que va a ceder en su postura. De hecho, la rentabilidad de los bonos griegos a dos años se disparó ayer a un récord por encima del 43 por ciento, y el costo de asegurar deuda estatal helena contra un impago también creció profundamente. Los CDS helenos, por su parte, se ampliaban 137 puntos básicos, hasta alcanzar los 2.275. Sin conversaciones Según explicó la fuente, ni el miércoles ni ayer se produjo ningún tipo de conversación bilateral sobre el tema de los avales, pese a la intención inicial de lograr un acuerdo antes del fin de semana. Los gobiernos de la eurozona buscan alguna alternativa para lograr garantías de Grecia, después de que dos de los miembros con más peso en la región, Alemania y Holanda, mostrasen su rechazo al acuerdo alcanzado de manera bilateral entre Grecia y Finlandia. Según dicho acuerdo, Atenas pagaría a Helsinki varios cientos de millones de la ayuda supranacional que reciba, como aval de esos mismos préstamos, a costa de otros países de la eurozona. Debido a que Finlandia solo aporta un 2 por ciento al total de paquete de rescate, las garantías de las naciones más ricas irían directas a Helsinki. Necesidad de acuerdo Y es que, de no resolverse pronto, la disputa sobre las garantías podría provocar el fracaso del segundo plan de rescate a Grecia, acordado por los líderes de la región el pasado 21 de julio. Sin el apoyo de todos los miembros de la zona euro, no es posible entregar los fondos, como tampoco es posible aplicar cambios en el fondo de rescate, tanto el temporal como el permanente, que entrará en funcionamiento en 2013. En la cumbre celebrada el mes pasado, los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona acordaron ampliar y flexibilizar el fondo de rescate, para que además pudiese comprar bonos en el mercado secundario. Sin embargo, los parlamentos nacionales de los países deben aprobar los cambios y el tema de las garantías debe solventarse antes incluso de que se ponga por escrito la propuesta definitiva. "Todas las cuestiones prácticas deben resolverse antes de que el conjunto de medidas sea revisado en los parlamentos", aseguró la fuente.berlín/bruselas. Se avecinan nubes de tormenta en Alemania, y no simplemente en un sentido meteorológico. Parece que, dada la polvareda que está levantando la reforma del fondo de rescate de la UE (EFSF, por sus siglas en inglés), la canciller podría retrasar hasta finales de septiembre la votación de las Cámaras, prevista en principio para el 23 del mismo mes. Así lo filtraban ayer fuentes parlamentarias, que aseguraban que Merkel utilizaría esta semana adicional, para convencer a sus propios correligionarios de la Unión Cristianodemócrata (CDU). Es más, la mandataria germana anunció ayer que suspenderá su visita oficial a Rusia, programada para el 7 y 8 de septiembre. Todos los esfuerzos son pocos, con tal de calmar los ánimos entre los miembros cristianodemócratas y liberales, que le lanzan desde hace semanas dardos afilados a su líder. Y es que en las filas de la coalición aumentan los escépticos ante la ampliación del EFSF, según los términos que decidieron los Eurolíderes en la pasada cumbre del 21 de julio. Su opinión es que, tal y como está planteado, sólo repercutirá en crear una "Unión de Transferencia" entre los Estados Miembros de la UE. Asimismo, ayer fue el día de colocarse el escudo. Así, Merkel rechazó las críticas vertidas por su antecesor al frente del Gobierno, Helmut Kohl, que le acusaban de haber perdido la brújula tanto en política exterior como interior. "Cada tiempo tiene sus retos específicos. El gobierno cristianodemócrata-liberal trabaja en la resolución de los retos de nuestro tiempo con sus socios en Europa y el mundo"; salía al paso la mandataria, en una entrevista con el rotativo "Süddeutsche Zeitung". A ojos del ex canciller, la actual crisis de la deuda europea responde a graves errores del pasado: el que Alemania aprobara en su día la entrada de Grecia en la Eurozona, así como que violara el Pacto de Estabilidad y Crecimiento; ambas decisiones, adoptadas durante el mandato de Merkel. El único que cada vez parece más cercano a la dama de hierro es su mano derecha, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Éste por su parte, se dedicó paralelamente a poner una nota de optimismo en el oscuro panorama pintado por el antiguo presidente de la Reserva Federal estadounidense, Allan Greenspan, quien pronosticaba hace unos días el fin para la moneda única. Durante una conferencia en Francfort, Schäuble alegaba: "Si yo fuera estadounidense, lo que me preguntaría es más bien dónde estará el dólar dentro de diez años". En la misma línea que la canciller, el titular sostiene que no van a dejar caer al euro, por lo que éste ha beneficiado a su desarrollo económico. Por otra parte, Schäuble quiso responder al presidente de la República federal, Christian Wulff, quien un día antes criticaba al BCE por excederse en sus competencias, al comprar deuda soberana de Italia y España. "Todos estamos bien asesorados, si respetamos la independencia de la entidad europea, aceptamos sus decisiones y no las criticamos", apostilló.