El Banco de Japón interviene por tercera vez en un año para frenar al yenhong kong. Japón fue ayer la última víctima de las reprimendas de las agencias de calificación crediticia. El desmedido déficit nipón, la acumulación de deuda y la falta de liderazgo de su clase política llevaron a Moody's a rebajar el rating de la deuda pública de la tercera economía del mundo, de Aa2 a Aa3 y, situando su solvencia cuatro escalones por debajo de la triple A. Con el ajuste, la agencia crediticia concede a la deuda nipona la misma calificación de solvencia que a la china y la sitúa incluso por debajo de la española o la italiana. Su degradación, que también alcanzó a las principales entidades bancarias japonesas, coincide con una rebaja similar llevada a cabo por Standard & Poor's el pasado mes de enero. Pese a todo, Moody's sitúa ahora la perspectiva como "estable". "El deterioro del rating está ocasionado por el abultado déficit presupuestario y por el aumento de la deuda japonesa desde la recesión global de 2009", justificó la agencia crediticia en un comunicado. A ello ha contribuido muy negativamente, añadió la agencia, la devastación y posterior crisis nuclear que siguieron al tsunami de marzo. "Muchos factores hacen difícil para Japón frenar el crecimiento del ratio deuda/PIB y, por lo tanto, ello conduce a esta calificación", insistió. El panorama no invita al optimismo: la economía nipona está actualmente en recesión, se ha debilitado el consumo, aumenta la incertidumbre respecto al suministro energético en medio de la crisis nuclear y un yen cada vez más fuerte castiga a las exportaciones. Todo ello lleva a Moody's a creer que la economía japonesa no podrá crecer a corto plazo a un ritmo suficientemente consistente como para reducir el déficit presupuestario. A ello hay que añadir, según la agencia, una preocupante inestabilidad política que es un supone un obstáculo mayúsculo para que Japón pueda salir del atolladero. "En los últimos cinco años, cambios frecuentes en las administraciones japonesas han impedido al Gobierno implementar a largo plazo estrategias fiscales como políticas duraderas y efectivas", rezó el comunicado de Moody's. La semana próxima el primer ministro Naoto Kan dimitirá de su cargo y será sustituido por el sexto primer ministro en los últimos cinco años. Nueva intervención El impacto en las bolsas asiáticas fue el esperado, con caídas generalizadas pese a que iniciaron sus sesiones con subidas gracias al viento de cola de Wall Street en la víspera. Ello acontecía el mismo día que el Gobierno nipón anunció sendas medidas para contrarrestar la fortaleza del yen, el cual alcanzó la semana pasada su máximo valor frente al dólar desde la Segunda Guerra Mundial. Por un lado, anunció la creación de un fondo de crédito de 100.000 millones de dólares para estimular, en medio de la fortaleza del yen, que las empresas niponas compren de compañías extranjeras. El ministerio de Finanzas estima que hasta 52.000 millones podrían desviarse para compras en el extranjero. Por otro lado, también apuntó que vigilará los movimientos especulativos al obligar a las entidades financieras a comunicar sus posiciones en el mercado de divisas hasta finales de septiembre, lo que sin duda parece un mecanismo de control para reducir la especulación y evitar los vaivenes. Tokio ya intervino, el pasado 4 de agosto, en el mercado de divisas para frenar la subida del yen con un desembolso récord que superó los 36.300 millones de euros, aunque su efectividad se diluyó a los pocos días. En el último año, han intervenido tres veces en el mercado de divisas para depreciar el yen.