Finlandia insiste en que quiere avales para participar en la ayuda a GreciaFinlandia insiste en que quiere avales para participar en la ayuda a GreciaFinlandia insiste en que quiere avales para participar en la ayuda a Greciabruselas/berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, regresó ayer a Berlín después de un viaje oficial por los Balcanes, y se incorporó directamente a la comisión del grupo parlamentario conservador, cuyo objetivo es limar las asperezas existentes dentro de ambas formaciones sobre el rescate de Grecia. Y en su primera intervención, la mandataria germana rechazó frontalmente la propuesta, surgida desde su propio partido, de utilizar las reservas de oro de los países rescatados como garantía para recibir las ayudas, según informaron ayer diversos medios alemanes. La postura de Merkel obtuvo el respaldo de Volker Kauder, jefe del grupo parlamentario conservador, que además advirtió de que no se entraría a discutir sobre "garantías especiales", como las que aspira a conseguir Finlandia de Grecia. La propuesta nació de la ministra de Trabajo alemana, Ursula von der Leyen, que defendió que los países endeudados que recurran al EFSF aporten como garantía sus reservas de oro, así como las participaciones en empresas estatales, lo que podría alcanzar volúmenes de hasta centenares de miles de millones. De esta manera, la titular de Trabajo trataba de buscar un consenso en el seno del grupo. Y todo mientras el Gobierno germano espera que la votación parlamentaria para respaldar las nuevas facultades del instrumento de asistencia se celebre el 23 de septiembre como muy tarde. El refrendo se descuenta, más si cabe, después de que la oposición anunciase su apoyo, pero Merkel quiere sacar adelante el trámite sin fisuras que atenten contra la imagen del Ejecutivo alemán. Y por este motivo, necesita asegurarse de que la CDU y los socios de Gobierno, los liberales del FDP, respaldarán al unísono la flexibilización del fondo. La canciller les explicó también a los parlamentarios que la petición de emisión de eurobonos es "extremadamente imprudente". Merkel se niega así a secundar los llamamientos de los socialdemócratas y los verdes. Finlandia se planta Asimismo, la líder germana rechazó la petición de Finlandia de obtener garantías por sus aportaciones al rescate de Grecia. "Los acuerdos no funcionan así", dijo. Sin embargo, la postura de Finlandia no puede dejar de tenerse en cuenta. Harto de cargar con los socios del euro que no obedecen a ningún tipo de disciplina fiscal, el país nórdico quiere certezas de que volverá a ver hasta el último céntimo de euro destinado a socorrer países en apuros. Y, según aseguró ayer de nuevo el primer ministro, Jyrki Katainen, Finlandia se retirará de la nueva operación sobre Grecia en caso de que finalmente los 17 no secunden los avales acordados bilateralmente entre Helsinki y Atenas. "Se trata de la voluntad del Parlamento finlandés", aseguró Katainen. El pacto alcanzado entre los gobiernos de Grecia y Finlandia establece que Atenas depositará en las arcas del Estado nórdico un montante que, junto a los intereses que rendirá, servirá para cubrir la parte del rescate soportada por los contribuyentes fineses. Funcionarios de los 17, mientras, trabajan contra reloj con el objetivo de esclarecer si este acuerdo resulta políticamente apropiado o no. El consenso que alcanzaron los líderes de la zona euro a mediados de julio, de hecho, abre la puerta a la posibilidad de exigir colaterales. Y ahora el Viejo Continente paga el precio de dejar abiertos los acuerdos dirigidos a preservar la supervivencia de la moneda única. Porque, conforme cayó en la opinión pública finesa el segundo rescate de Grecia, Katainen no puede permitirse el lujo de cerrar un pacto sin garantía alguna de devolución. Máxime cuando los ultraderechistas de los "Verdaderos Finlandeses" no levantan el pie del acelerador y siguen presionando al Gobierno de Helsinki.bruselas/berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, regresó ayer a Berlín después de un viaje oficial por los Balcanes, y se incorporó directamente a la comisión del grupo parlamentario conservador, cuyo objetivo es limar las asperezas existentes dentro de ambas formaciones sobre el rescate de Grecia. Y en su primera intervención, la mandataria germana rechazó frontalmente la propuesta, surgida desde su propio partido, de utilizar las reservas de oro de los países rescatados como garantía para recibir las ayudas, según informaron ayer diversos medios alemanes. La postura de Merkel obtuvo el respaldo de Volker Kauder, jefe del grupo parlamentario conservador, que además advirtió de que no se entraría a discutir sobre "garantías especiales", como las que aspira a conseguir Finlandia de Grecia. La propuesta nació de la ministra de Trabajo alemana, Ursula von der Leyen, que defendió que los países endeudados que recurran al EFSF aporten como garantía sus reservas de oro, así como las participaciones en empresas estatales, lo que podría alcanzar volúmenes de hasta centenares de miles de millones. De esta manera, la titular de Trabajo trataba de buscar un consenso en el seno del grupo. Y todo mientras el Gobierno germano espera que la votación parlamentaria para respaldar las nuevas facultades del instrumento de asistencia se celebre el 23 de septiembre como muy tarde. El refrendo se descuenta, más si cabe, después de que la oposición anunciase su apoyo, pero Merkel quiere sacar adelante el trámite sin fisuras que atenten contra la imagen del Ejecutivo alemán. Y por este motivo, necesita asegurarse de que la CDU y los socios de Gobierno, los liberales del FDP, respaldarán al unísono la flexibilización del fondo. La canciller les explicó también a los parlamentarios que la petición de emisión de eurobonos es "extremadamente imprudente". Merkel se niega así a secundar los llamamientos de los socialdemócratas y los verdes. Finlandia se planta Asimismo, la líder germana rechazó la petición de Finlandia de obtener garantías por sus aportaciones al rescate de Grecia. "Los acuerdos no funcionan así", dijo. Sin embargo, la postura de Finlandia no puede dejar de tenerse en cuenta. Harto de cargar con los socios del euro que no obedecen a ningún tipo de disciplina fiscal, el país nórdico quiere certezas de que volverá a ver hasta el último céntimo de euro destinado a socorrer países en apuros. Y, según aseguró ayer de nuevo el primer ministro, Jyrki Katainen, Finlandia se retirará de la nueva operación sobre Grecia en caso de que finalmente los 17 no secunden los avales acordados bilateralmente entre Helsinki y Atenas. "Se trata de la voluntad del Parlamento finlandés", aseguró Katainen. El pacto alcanzado entre los gobiernos de Grecia y Finlandia establece que Atenas depositará en las arcas del Estado nórdico un montante que, junto a los intereses que rendirá, servirá para cubrir la parte del rescate soportada por los contribuyentes fineses. Funcionarios de los 17, mientras, trabajan contra reloj con el objetivo de esclarecer si este acuerdo resulta políticamente apropiado o no. El consenso que alcanzaron los líderes de la zona euro a mediados de julio, de hecho, abre la puerta a la posibilidad de exigir colaterales. Y ahora el Viejo Continente paga el precio de dejar abiertos los acuerdos dirigidos a preservar la supervivencia de la moneda única. Porque, conforme cayó en la opinión pública finesa el segundo rescate de Grecia, Katainen no puede permitirse el lujo de cerrar un pacto sin garantía alguna de devolución. Máxime cuando los ultraderechistas de los "Verdaderos Finlandeses" no levantan el pie del acelerador y siguen presionando al Gobierno de Helsinki.bruselas/berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, regresó ayer a Berlín después de un viaje oficial por los Balcanes, y se incorporó directamente a la comisión del grupo parlamentario conservador, cuyo objetivo es limar las asperezas existentes dentro de ambas formaciones sobre el rescate de Grecia. Y en su primera intervención, la mandataria germana rechazó frontalmente la propuesta, surgida desde su propio partido, de utilizar las reservas de oro de los países rescatados como garantía para recibir las ayudas, según informaron ayer diversos medios alemanes. La postura de Merkel obtuvo el respaldo de Volker Kauder, jefe del grupo parlamentario conservador, que además advirtió de que no se entraría a discutir sobre "garantías especiales", como las que aspira a conseguir Finlandia de Grecia. La propuesta nació de la ministra de Trabajo alemana, Ursula von der Leyen, que defendió que los países endeudados que recurran al EFSF aporten como garantía sus reservas de oro, así como las participaciones en empresas estatales, lo que podría alcanzar volúmenes de hasta centenares de miles de millones. De esta manera, la titular de Trabajo trataba de buscar un consenso en el seno del grupo. Y todo mientras el Gobierno germano espera que la votación parlamentaria para respaldar las nuevas facultades del instrumento de asistencia se celebre el 23 de septiembre como muy tarde. El refrendo se descuenta, más si cabe, después de que la oposición anunciase su apoyo, pero Merkel quiere sacar adelante el trámite sin fisuras que atenten contra la imagen del Ejecutivo alemán. Y por este motivo, necesita asegurarse de que la CDU y los socios de Gobierno, los liberales del FDP, respaldarán al unísono la flexibilización del fondo. Finlandia se planta Sin embargo, la postura de Finlandia no puede dejar de tenerse en cuenta. Harto de cargar con los socios del euro que no obedecen a ningún tipo de disciplina fiscal, el país nórdico quiere certezas de que volverá a ver hasta el último céntimo de euro destinado a socorrer países en apuros. Y, según aseguró ayer de nuevo el primer ministro, Jyrki Katainen, Finlandia se retirará de la nueva operación sobre Grecia en caso de que finalmente los 17 no secunden los avales acordados bilateralmente entre Helsinki y Atenas. "Se trata de la voluntad del Parlamento finlandés", aseguró Katainen. El pacto alcanzado entre los gobiernos de Grecia y Finlandia establece que Atenas depositará en las arcas del estado nórdico un montante que, junto a los intereses que rendirá, servirá para cubrir la parte del rescate soportada por los contribuyentes fineses. Funcionarios de los 17, mientras, trabajan contra reloj con el objetivo de esclarecer si este acuerdo resulta políticamente apropiado o no. El consenso que alcanzaron los líderes de la zona euro a mediados de julio, de hecho, abre la puerta a la posibilidad de exigir colaterales. Y ahora el Viejo Continente paga el precio de dejar abiertos los acuerdos dirigidos a preservar la supervivencia de la moneda única. Porque, conforme cayó en la opinión pública finesa el segundo rescate de Grecia, Katainen no puede permitirse el lujo de cerrar un pacto sin garantía alguna de devolución. Máxime cuando los ultraderechistas de los "Verdaderos Finlandeses" no levantan el pie del acelerador y siguen presionando al Gobierno de Helsinki. La peor secuela del conflicto reside, sin embargo, en lo que verdaderamente implican las negociaciones. Dado que, según aseguraron fuentes comunitarias, "parece lógico que cualquier acuerdo de este tipo tenga un impacto". Se trata de discutir si el trasfondo de la cuestión afecta al propio funcionamiento de los fondos de rescate, tanto el temporal como el permanente, que entrará en vigor a partir de 2013.