El banco advierte de una caída del consumo interno para los próximos mesesEl banco advierte de una caída del consumo interno para los próximos mesesNueva York. En un momento en que muchos evitan mentar la palabra recesión es cierto que el estancamiento de la economía de Estados Unidos es una realidad. Al menos eso considera Jan Hatzius, economista jefe del Goldman Sachs y su equipo, que han rebajado en dos décimas su previsión de crecimiento del PIB del país para este año. Además, según sus datos, "el crecimiento podría ser mucho más débil" en los próximos meses. En estas circunstancias, la economía estadounidense se expandirá un 1,5 por ciento en 2011, dos décimas menos que su anterior previsión, y una cifra anémica que servirá de poco para intentar reducir la tasa de paro del país mientras pone de manifiesto que el consumo de los ciudadanos podría caer en los próximos meses. De momento, los expertos de Goldman Sachs esperan que durante el tercer trimestre del año, el PIB crezca un 1 por ciento, mientras que entre los meses de octubre y diciembre la expansión será del 1,5 por ciento, cinco décimas menos de lo anteriormente estimado. Ahora las miras están puestas en el próximo viernes, cuando el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, pronunciará su esperado discurso desde Jackson Hole, Wyoming. Los analistas de Goldman consideran que "Bernanke será pesimista sobre los recientes acontecimientos pero mantendrá su pronóstico de que la economía comenzará a afianzarse a finales de año y comienzos de 2012". Aún así, JP Morgan Chase espera que la economía crezca un 1 por ciento durante el último trimestre del año mientras que Credit Suisse rebajó su previsiones desde el 3,1 por ciento hasta el 2,2 por ciento. Hatzius cree que pese a que el mercado descuenta ya un posible programa de recompra de bonos por parte de la Fed, es decir, un Quantitative Easing 3, por valor de al menos 300.000 millones de dólares, Bernanke no anunciará una propuesta el próximo viernes. A diferencia de mediados del 2010, la inflación es ahora más alta y la inflación subyacente, que elimina los precios volátiles de alimentos y energía, se ha acelerado.Nueva York. En un momento en que muchos evitan mentar la palabra recesión es cierto que el estancamiento de la economía de Estados Unidos es una realidad. Al menos eso considera Jan Hatzius, economista jefe del Goldman Sachs y su equipo, que han rebajado en dos décimas su previsión de crecimiento del PIB del país para este año. Además, según sus datos, "el crecimiento podría ser mucho más débil" en los próximos meses. En estas circunstancias, la economía estadounidense se expandirá un 1,5 por ciento en 2011, dos décimas menos que su anterior previsión, y una cifra anémica que servirá de poco para intentar reducir la tasa de paro del país mientras pone de manifiesto que el consumo de los ciudadanos podría caer en los próximos meses. De momento, los expertos de Goldman Sachs esperan que durante el tercer trimestre del año, el PIB crezca un 1 por ciento, mientras que entre los meses de octubre y diciembre la expansión será del 1,5 por ciento, cinco décimas menos de lo anteriormente estimado. Ahora las miras están puestas en el próximo viernes, cuando el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, pronunciará su esperado discurso desde Jackson Hole, Wyoming. Los analistas de Goldman consideran que "Bernanke será pesimista sobre los recientes acontecimientos pero mantendrá su pronóstico de que la economía comenzará a afianzarse a finales de año y comienzos de 2012". Aún así, JP Morgan Chase espera que la economía crezca un 1 por ciento durante el último trimestre del año mientras que Credit Suisse rebajó su previsiones desde el 3,1 por ciento hasta el 2,2 por ciento. Hatzius cree que pese a que el mercado descuenta ya un posible programa de recompra de bonos por parte de la Fed, es decir, un Quantitative Easing 3, por valor de al menos 300.000 millones de dólares, Bernanke no anunciará una propuesta el próximo viernes. A diferencia de mediados del 2010, la inflación es ahora más alta y la inflación subyacente, que elimina los precios volátiles de alimentos y energía, se ha acelerado.