La Caixa, Caja Madrid, BBVA y BNP, los únicos que 'resisten' los 600 millones que pide el banco por su división españolamadrid. El precio es elevado. Este es el único punto en común que mantienen tanto los candidatos que permanecen en la puja por el negocio español de banca privada de Morgan Stanley como los que han salido de la misma. Dejando a un lado el clásico tira y afloja entre comprador y vendedor para que el precio suba o baje en función de los distintos intereses, la conclusión no parece ser descabellada. Y es que, según ha podido saber elEconomista, las cifras y los resultados que presenta esta división podrían no justificar los 600 millones que Morgan Stanley exige por su traspaso. En este sentido, es preciso destacar que los ingresos del área de banca privada de la entidad estadounidense apenas alcanzan los 50 millones de euros, mientras que sus gastos superan los 47 millones. Al tener una red de oficinas de un cierto tamaño diseminada por España, el coste de mantenimiento de ésta resulta notable. En conjunto, tiene unos 7.000 millones de euros bajo gestión. La lista se reduce A partir de estos números, el grupo de los interesados en hacerse con la mencionada división ha ido perdiendo progresivamente entidad. Sonaron en un primer momento nombres tan dispares como el de los portugueses Caixa Geral y Banco Espirito Santo, el belga-holandés Fortis y el Sabadell. Todos ellos, a día de hoy, parecen estar fuera de la operación. Mientras, La Caixa, Caja Madrid, BBVA y BNP Paribas resisten a las exigencias de liquidez planteadas por Morgan Stanley. Eso sí, fuentes de las dos entidades financieras catalanas han confirmado a este periódico que, desde su punto de vista, las pretensiones económicas del vendedor les parecen excesivas. De hecho, el banco que preside Josep Oliu reconoce que el motivo de su salida es precisamente ese. Puede haber más cambios Con todo, nada es absolutamente seguro en una operación de estas características, ya que el hecho de que una entidad asegure públicamente que no está interesada en un determinado activo, puede responder simplemente a una estrategia para que el precio se rebaje. Las certezas llegarán en el momento que se cierre el periodo para presentar las ofertas no comprometidas y, posteriormente, las vinculantes. Es decir, que hasta ahora, las entidades pueden estar sacando y metiendo los cuadernos de compra casi de un día para otro. "Lo más probable -explica un experto del sector consultado por este diario- es que el precio que pide Morgan Stanley acabe por bajar. Es evidente que al mercado le parece elevado". Por otra parte, una cierta prisa -fomentada por Morgan Stanley- se ha instalado en los plazos de la operación y es posible que a principios de año se conozca el nuevo dueño de la división de banca privada de la entidad. En cualquier caso, en tan sólo unos pocos días, se verá si Morgan Stanley se sale con la suya o, si por el contrario, la avaricia rompe el saco, y se ve obligado a recortar el importe monetario en que ha tasado su división española especializada en banca privada.