El impuesto sobre la posesión cederá paso al tributo de la utilización en el año 2011bruselas. Hace veinte años que Holanda discute el tema. Los Gobiernos que, durante todo este tiempo, se sucedieron en La Haya encargaron estudios e investigaciones para comprobar viabilidad. Ahora, tras haber agotado todas las iniciativas, ha sido Camiel Eurlings, su treintañero ministro de Transportes, el que decidió dar el gran paso. Si todo funciona como está previsto, a partir de 2011 en Holanda no se pagarán ya impuestos por la posesión de vehículos, sino por su utilización. En otras palabras, cuantos más kilómetros se hagan, más impuestos se pagarán. "Hoy se pagan los impuestos del coche según su cilindrada. En cambio, no influye para nada el que uno conduzca 2.000 o 200 kilómetros al año. Siempre se paga lo mismo. Y eso no es honesto", explican en el Ministerio de Transportes holandés. De ahí la idea, ya aprobada por la Cámara Baja del Parlamento, de revolucionar el sistema de tasación de los automóviles. De aquí a fin de año debería llegar la luz verde del Senado. El auténtico proyecto de ley debería estar listo el próximo verano, aunque sus líneas de fondo ya están claras y decididas. Dos nuevos impuestos Cuanto más se utilice el coche o el camión, más impuestos se pagarán. Pero no se tratará sólo de una tasa por los kilómetros que se circulen. A ese impuesto, se añadirá otro fijo por la utilización de las infraestructuras viales y dicha tasa aumentará según la franja horaria en la que se utilice el vehículo y, por lo tanto, según el nivel de saturación del tráfico. Conducir en las horas punta, en las que la tasa de contaminación es mayor, costará más caro. Más aún, el que tenga un coche que no contamine estará a salvo de posteriores impuestos, de lo contrario también tendrá que pagar más. El nuevo sistema funcionará con la ayuda de satélites, capaces de medir las distancias recorridas por cada vehículo. Entre coches y camiones, en Holanda circulan casi 9 millones de vehículos. Con un número tan elevado de vehículos a controlar y con un mecanismo de imposición que se anuncia decididamente complejo, dadas las variables que deberán calcularse, el Gobierno prevé un despegue gradual de la revolución del tráfico. Desde el 2011 debería empezar para los camiones. El año siguiente, para los coches, según una fórmula progresiva que debería culminar por completo en 2016. Porque, de lo contrario, tal y como explican en el ministerio, el cambio podría provocar un terremoto en el mercado de los coches, viejos y nuevos. Un terremoto en el que el valor de los coches de segunda mano podría precipitarse, mientras los coches nuevos costarán menos, porque no habrá que pagar impuestos por el mero hecho de comprarlos. Compensar el poco uso El objetivo del Gobierno es hacer neutral el impacto sobre los presupuestos públicos del nuevo mecanismo fiscal. Lo que significa que los impuestos que paguen los que se obstinen en conducir su coche servirán para compensar la falta de ingresos de los que hoy pagan, aunque dejen el coche en el garaje. El proyecto de una imposición más justa gusta a los holandeses. En cambio, sienten preocupación por su intimidad, dada la intromisión invasiva del control vía satélite. Pero, según el Gobierno, la legislación vigente ofrece una tutela suficiente de la privacy.