valencia. A la vuelta del pasado verano, Enrique Bañuelos respiró tranquilo. El juez Baltasar Garzón decidió archivar la causa que contra él abrió el accionista minoritario Felipe Izquierdo por un presunto delito de maquinación para alterar el precio de las cosas. El magistrado dio fin a la instrucción al no percibir delito en las actuaciones del fundador y ex presidente de Astroc en relación a la fuerte subida del valor, y posterior caída, en la que se dejaron sus ahorros muchos minoritarios. Tres meses después, la Audiencia Nacional le ha enmendado la plana a Garzón con un auto en el que estima el recurso de apelación presentado por Izquierdo y revoca el archivo de la causa, instando a proseguir con la instrucción por considerar no suficientemente fundada la decisión del juez. La sección tercera de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional requiere al magistrado a continuar la investigación con nuevas diligencias. Entre ellas, figura la de reclamar a la CNMV la presentación del expediente relativo a las cuentas de la inmobiliaria en 2006; la citación para declarar como testigo al ex consejero delegado Juan Antonio Alcaraz en relación a las operaciones de 2006 que Astroc anuló en 2007; y la investigación del papel de Ibersecurities y Riva y García en la evolución del valor. La resolución de la Audiencia abre también paso a la personación en la causa de más minoritarios. Felipe Izquierdo asegura contar ya con los poderes de 25 accionistas, aunque considera que la cifra se puede doblar tras proseguir la investigación, según explicó ayer a elEconomista. Izquierdo ha anunciado, además, que no quiere a Garzón en la instrucción por lo que recusará al juez con dos argumentos principales. El primero, su "manifiesta amistad" con el letrado que lleva la defensa de Bañuelos, el ex magistrado de la Audiencia, Carlos Bueren. El abogado catalán basará también la recusación en que, en su opinión, Garzón "se excedió en su función de instructor al prejuzgar".