Los particulares compran el 1,6% menos, pero las empresas renuevan sus flotas un 27,8 % en lo que llevamos de agostoMADRID. Las ventas de coches han pisado el acelerador este mes, y han hecho su particular agosto matriculando hasta 12.480 nuevos vehículos, lo que se ha visto traducido en un aumento del 10 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, según datos elaborados por el Instituto de Estudios de Automoción (IEA), facilitados a su vez a la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam). Las compras de particulares, que siguen actuando como termómetro real del mercado pese a haber perdido importancia en el total de ventas, presentaron un ligero descenso. Un 1,6 por ciento con 12.480 unidades vendidas. Por su parte, las empresas matricularon 8.077 nuevos vehículos, traducido en un alza de un 27,8 por ciento. Mientras, las compañías de alquiler llegaron a las 1.803 unidades matriculadas, un 41,4 por ciento más, lo que refleja el buen momento que atraviesa la industria turística. Por comunidades autónomas, los incrementos de ventas más significativos se dieron en Cantabria, con un 53 por ciento, Baleares, con un 44 por ciento y Aragón, con un 42 por ciento. Por el contrario, las que acusaron mayor descenso fueron Canarias, un 23 por ciento, País Vasco, un 24 por ciento y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, con un 40 por ciento. Frenazo en el ritmo de caída A pesar de los importantes descuentos desde los concesionarios, la tendencia negativa se ha mantenido durante todo el año, aunque los resultados de julio han frenado el ritmo de caída vivido durante todo el ejercicio. El mercado español de turismos cerró el pasado mes con 78.913 matriculaciones, un 4 por ciento menos que en 2010. En este sentido, Juan Antonio Sánchez Flores, presidente de los concesionarios asociados a Ganvam, matizó que "no hay que echar las campanas al vuelo", ya que el periodo comparativo del año anterior estaba inmerso en la caída de ventas que provocó el fin del estimulo del Plan 2000E y la subida de dos puntos porcentuales en el IVA, cuyo efecto psicológico supuso un auténtico lastre para las ventas en el mercado español.