Las compañías podrán recibir primas si se ajustan a las fechas madrid. En pleno vendaval para la energía solar fotovoltaica, con las intenciones del Ministerio de Industria de reducir las primas al sector hasta un 30 por ciento, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) ha lanzado un nuevo jarro de agua fría sobre la voluntad del Gobierno. En su reunión de ayer, el Consejo del regulador energético daba un soplo de tranquilidad a los fotovoltaicos al decidir que todas aquellas instalaciones que estén inscritas en el Registro antes del 30 de septiembre de 2008, tendrán que recibir la retribución que estaba planificada en el Real Decreto 661/ 2007. De este modo, las plantas fotovoltaicas se podrán asegurar las primas, después de haber aceptado una reducción de hasta el 15 por ciento en sus retribuciones. Y no sólo eso, sino que podrán hacerlo incluso si se superan los 1.200 megavatios de límite que había previsto el Gobierno en su Planificación de Energías Renovables. Además, la CNE ha pedido a Industria que "establezca un marco normativo de retribución para todas las instalaciones que entren en funcionamiento después del 30 de septiembre de 2008" y elabore un nuevo Real Decreto. La industria solar aceptó la decisión del Gobierno de congelar las primas hasta septiembre del año que viene. No obstante, advirtieron que un frenazo muy brusco podría tener graves consecuencias en el empleo. El sector fotovoltaico implica en la actualidad a más de 600 empresas y tiene alrededor de 5.000 empleos. El sector tendrá que frenar su ritmo de crecimiento desde las actuales tasas del 500 por ciento a otras más razonables del 20 por ciento al año.