bruselas. Europa sigue achicando agua para mantener a flote la moneda única. Y ayer los expertos del Ejecutivo comunitario, el FMI y el BCE dieron luz verde al siguiente tramo del rescate de Portugal cifrado en 11.500 millones de euros, de los que 7.600 provendrán del fondo de rescate temporal y los restantes 3.900 del FMI. Pero, eso sí, el desbloqueo efectivo de las ayudas, que debería materializarse en septiembre, depende del refrendo tanto de los líderes europeos como de la institución con sede en Washington. Según se explicó, el visto bueno se debe a que el nuevo Gobierno de Coelho continúa ejecutando en tiempo y forma los ajustes exigidos como contrapartida por la asistencia exterior. Paul Thomsen, representante del FMI, confió en que Portugal "pueda regresar a los mercados" en 2014, tras los tres años en que el rescate cubrirá sus necesidades de financiación. Aunque, aún con todo, las tres instituciones quieren más. Y advirtieron a Lisboa de que el sistema financiero luso precisa de una profunda reforma, que implique reforzar capital y suavizar las secuelas de su pasivo. Rasmus Ruffer, representante del BCE, apeló además a "cortar el vínculo entre el sector bancario y el público" para que el crédito se canalice hacia los "sectores más productivos de la economía". También pidieron un mayor control sobre los gastos regionales.