José Luis Sáez tiene este año un viaje fijo a Lituania. Pero no por vacaciones, sino porque a partir del 31 de agosto se celebra allí el Campeonato de Europa. Y es que para el presidente de la Federación Española de Baloncesto, el verano supone viajar de pabellón en pabellón. P ¿Suele veranear en un sitio fijo todos los veranos o varía de destino? R Mis veranos están dedicados prácticamente en exclusiva a seguir a nuestras selecciones (de baloncesto) y a las obligaciones de mi cargo en torno a ellas. Procuro estar presente en el máximo posible de campeonatos en los que participamos, lo que significa estar aproximadamente tres meses o tres meses y medio viajando de forma casi constante. Los días sueltos que puedo arañar los paso reponiendo fuerzas en Sanlúcar de Barrameda, y le aseguro que las repongo. P ¿Cuáles han sido sus mejores vacaciones? R Las que más añoro son las de cuando mis hijos eran pequeños y las pasábamos en la playa de La Barrosa, disfrutando de una arena maravillosa y de las espectaculares puestas de sol sobre la silueta del castillo de Sancti Petri. P ¿Le atrae más la playa, la montaña, el turismo rural, urbano...? R Cada cual tiene su momento. A mí me encanta la playa, pero también me gusta mucho disfrutar del medio ambiente (enfrente de casa tengo el Coto Doñana) o del patrimonio histórico. P ¿Qué elemento nunca falta en su maleta? R Un libro o varios, eso por supuesto. Y ahora también el iPad; he pasado de la recepción de información a casi la adicción. P ¿Consigue desconectar totalmente del trabajo? R Es muy difícil. En un principio creí que la aparición del teléfono móvil iba a dar más libertad, pero ahora sé que se ha con- vertido en una de las mayores esclavitudes que conozco, más aún si se tiene en cuenta que el verano en la FEB es uno de los momentos en los que se concentra mayor intensidad... P ¿Aprovecha el tiempo libre para practicar alguna afición que el trabajo no le permite disfrutar durante el resto del año? R Lo aprovecho para hacer el ejercicio físico que durante el año no puedo practicar con regularidad, porque me lo impiden las obligaciones profesionales. Cuando estoy de vacaciones o hago un paréntesis, siempre que puedo paseo por la playa o por algún paraje natural. P No tengo plan para mis vacaciones, ¿qué me propone? R Tiene muchas posibilidades, pero le propongo dos: o bien adentrarse en una ruta histórica desde Sevilla hasta Santiago de Compostela, o bien perderse por las playas de Cádiz sin dejar de visitar Doñana, por supuesto. P ¿Menú ideal para un día de verano? R Gazpacho, un buen tomate y una urta o cualquier otro pescado a la plancha. P Si le regalaran un billete de avión, con hotel incluido, ¿qué destino elegiría? R Sin dudarlo, o Roma o Estambul, dos ciudades extraordinarias, cada una a su manera. Una de las experiencias que más me gusta vivir es pasear por las calles de Roma fuera de la temporada turística. Me atrae su armónico caos.José Luis Sáez tiene este año un viaje fijo a Lituania. Pero no por vacaciones, sino porque a partir del 31 de agosto se celebra allí el Campeonato de Europa. Y es que para el presidente de la Federación Española de Baloncesto, el verano supone viajar de pabellón en pabellón. P ¿Suele veranear en un sitio fijo todos los veranos o varía de destino? R Mis veranos están dedicados prácticamente en exclusiva a seguir a nuestras selecciones (de baloncesto) y a las obligaciones de mi cargo en torno a ellas. Procuro estar presente en el máximo posible de campeonatos en los que participamos, lo que significa estar aproximadamente tres meses o tres meses y medio viajando de forma casi constante. Los días sueltos que puedo arañar los paso reponiendo fuerzas en Sanlúcar de Barrameda, y le aseguro que las repongo. P ¿Cuáles han sido sus mejores vacaciones? R Las que más añoro son las de cuando mis hijos eran pequeños y las pasábamos en la playa de La Barrosa, disfrutando de una arena maravillosa y de las espectaculares puestas de sol sobre la silueta del castillo de Sancti Petri. P ¿Le atrae más la playa, la montaña, el turismo rural, urbano...? R Cada cual tiene su momento. A mí me encanta la playa, pero también me gusta mucho disfrutar del medio ambiente (enfrente de casa tengo el Coto Doñana) o del patrimonio histórico. P ¿Qué elemento nunca falta en su maleta? R Un libro o varios, eso por supuesto. Y ahora también el iPad; he pasado de la recepción de información a casi la adicción. P ¿Consigue desconectar totalmente del trabajo? R Es muy difícil. En un principio creí que la aparición del teléfono móvil iba a dar más libertad, pero ahora sé que se ha con- vertido en una de las mayores esclavitudes que conozco, más aún si se tiene en cuenta que el verano en la FEB es uno de los momentos en los que se concentra mayor intensidad... P ¿Aprovecha el tiempo libre para practicar alguna afición que el trabajo no le permite disfrutar durante el resto del año? R Lo aprovecho para hacer el ejercicio físico que durante el año no puedo practicar con regularidad, porque me lo impiden las obligaciones profesionales. Cuando estoy de vacaciones o hago un paréntesis, siempre que puedo paseo por la playa o por algún paraje natural. P No tengo plan para mis vacaciones, ¿qué me propone? R Tiene muchas posibilidades, pero le propongo dos: o bien adentrarse en una ruta histórica desde Sevilla hasta Santiago de Compostela, o bien perderse por las playas de Cádiz sin dejar de visitar Doñana, por supuesto. P ¿Menú ideal para un día de verano? R Gazpacho, un buen tomate y una urta o cualquier otro pescado a la plancha. P Si le regalaran un billete de avión, con hotel incluido, ¿qué destino elegiría? R Sin dudarlo, o Roma o Estambul, dos ciudades extraordinarias, cada una a su manera. Una de las experiencias que más me gusta vivir es pasear por las calles de Roma fuera de la temporada turística. Me atrae su armónico caos.José Luis Sáez tiene este año un viaje fijo a Lituania. Pero no por vacaciones, sino porque a partir del 31 de agosto se celebra allí el Campeonato de Europa. Y es que para el presidente de la Federación Española de Baloncesto, el verano supone viajar de pabellón en pabellón. P ¿Suele veranear en un sitio fijo todos los veranos o varía de destino? R Mis veranos están dedicados prácticamente en exclusiva a seguir a nuestras selecciones (de baloncesto) y a las obligaciones de mi cargo en torno a ellas. Procuro estar presente en el máximo posible de campeonatos en los que participamos, lo que significa estar aproximadamente tres meses o tres meses y medio viajando de forma casi constante. Los días sueltos que puedo arañar los paso reponiendo fuerzas en Sanlúcar de Barrameda, y le aseguro que las repongo. P ¿Cuáles han sido sus mejores vacaciones? R Las que más añoro son las de cuando mis hijos eran pequeños y las pasábamos en la playa de La Barrosa, disfrutando de una arena maravillosa y de las espectaculares puestas de sol sobre la silueta del castillo de Sancti Petri. P ¿Le atrae más la playa, la montaña, el turismo rural, urbano...? R Cada cual tiene su momento. A mí me encanta la playa, pero también me gusta mucho disfrutar del medio ambiente (enfrente de casa tengo el Coto Doñana) o del patrimonio histórico. P ¿Qué elemento nunca falta en su maleta? R Un libro o varios, eso por supuesto. Y ahora también el iPad; he pasado de la recepción de información a casi la adicción. P ¿Consigue desconectar totalmente del trabajo? R Es muy difícil. En un principio creí que la aparición del teléfono móvil iba a dar más libertad, pero ahora sé que se ha con- vertido en una de las mayores esclavitudes que conozco, más aún si se tiene en cuenta que el verano en la FEB es uno de los momentos en los que se concentra mayor intensidad... P ¿Aprovecha el tiempo libre para practicar alguna afición que el trabajo no le permite disfrutar durante el resto del año? R Lo aprovecho para hacer el ejercicio físico que durante el año no puedo practicar con regularidad, porque me lo impiden las obligaciones profesionales. Cuando estoy de vacaciones o hago un paréntesis, siempre que puedo paseo por la playa o por algún paraje natural. P No tengo plan para mis vacaciones, ¿qué me propone? R Tiene muchas posibilidades, pero le propongo dos: o bien adentrarse en una ruta histórica desde Sevilla hasta Santiago de Compostela, o bien perderse por las playas de Cádiz sin dejar de visitar Doñana, por supuesto. P ¿Menú ideal para un día de verano? R Gazpacho, un buen tomate y una urta o cualquier otro pescado a la plancha. P Si le regalaran un billete de avión, con hotel incluido, ¿qué destino elegiría? R Sin dudarlo, o Roma o Estambul, dos ciudades extraordinarias, cada una a su manera. Una de las experiencias que más me gusta vivir es pasear por las calles de Roma fuera de la temporada turística. Me atrae su armónico caos.