Descarta un recorte de los tipos, al considerar que ya están bastante bajosbruselas. El Viejo Continente no se recupera. Así lo corrobora el informe de agosto realizado por el Banco Central Europeo (BCE) al anunciar que el crecimiento de la zona euro empieza a ralentizarse. Conforme a las previsiones de Bloomberg, el PIB del conjunto de los socios que comparten moneda única experimentó un frenazo en su ritmo de crecimiento de 0,7 puntos porcentuales durante el segundo trimestre de 2011 respecto al primero. Entre enero y marzo se apuntó un 2,5 por ciento, mientras que desde abril hasta junio engordó únicamente un 1,8. En palabras del banco emisor, a lo largo de los meses de abril, mayo y julio del ejercicio en curso se registró una "expansión moderada". Y, por si no bastara, la entidad subraya también que la incertidumbre resulta especialmente "elevada". El BCE, en particular, señala a España, Francia e Italia como los socios donde la recuperación, tras la recesión, continúa ejecutándose bajo parámetros de debilidad. Al contrario que Alemania, a la cabeza del Viejo Continente merced a su ritmo sólido de crecimiento. Atendiendo a estas cifras y para evitar que sigan ensanchándose los diferenciales entre socios, la entidad emisora confirma que seguirá dotando de liquidez a los bancos mediante "procedimientos de subasta". Y lo hará, según explica, tanto como haga falta debido a "nuevas tensiones en algunos mercados". El miércoles, de hecho, recuperó las operaciones a 6 meses que abandonó a principios de 2010, aunque se desconoce cuando volverá a convocar otra de similares características. Las entidades, sin embargo, podrán continuar contando con los préstamos a tres meses y principalmente con la 'barra libre de liquidez' que el banco emisor concede a plazos que oscilan de uno a siete días. Y los socios en apuros, como España e Italia, con la polémica compra de bonos en el mercado secundario dirigida a suavizar su prima de riesgo hasta que el mecanismo de rescate temporal libere de esta carga al banco emisor. Así lo deslizó el gobernador del BCE, Jean Claude Trichet, el pasado martes. Pero, eso sí, la autoridad monetaria quiere salir al paso de quienes continúan siguen criticándola por abandonar la ortodoxia en sus instrumentos al reiterar la temporalidad de todas estas medidas extraordinarias. El banco emisor se defiende también de todos aquellos que predicen futuras alzas de los precios y recalca su compromiso con el mandato constitucional de la entidad. "Las expectativas de inflación para la zona euro deben seguir firmemente ancladas en línea con el objetivo del BCE basado en mantener las tasas de inflación en un nivel inferior, aunque próximo, al 2 por ciento a medio plazo", reitera por enésima vez la autoridad monetaria. Y, por si no bastara, también atiza a quienes piden rebajas de los tipos oficiales, como Rubalcaba, tras incidir en que el precio del dinero continúa bajo y calificar de "favorables" las condiciones de financiación. Tirón de orejas a los Gobiernos En esta misma línea vuelve a tirar de las orejas a los Gobiernos y les pide nuevamente que trabajen para recuperar el equilibrio en las cuentas estatales. Algo que, en el lenguaje de Francfort, significa más reformas "sustanciales" y "ambiciosas" que acaben con las rigideces de los mercados laborales para mejorar la competitividad y resolver los desequilibrios macroeconómicos. "El objetivo común debería consistir en que las tasas de deuda pública retomen una senda sostenible "lo antes posible", insiste la entidad. Y añade: "La determinación absoluta de todos los países del euro de rebajar el nivel de sus compromisos financieros constituye un elemento decisivo para garantizar la estabilidad de la moneda". La entidad emisora, de hecho, exige a los países que arrojan datos de ejecución presupuestaria mejores de lo previsto 'no dormirse en los laureles' y "aprovechar al máximo" el margen de maniobra.