Los inspectores norteamericanos podrán examinar diez tipos de productos exportados, en su mayoría conservasshanghai. Mucho responsabilizar a la prensa occidental de magnificar los escándalos de la inseguridad alimentaria china, mucho decir que la imagen internacional de la nación había sido injustamente dañada, pero al final Pekín permitirá que inspectores de Estados Unidos examinen las fábricas de alimentos destinados a la exportación. De esta manera, Washington alcanza su propósito de jugar un mayor rol en la certificación e inspección de ciertos productos alimenticios que vayan a ser exportados a EEUU, al objeto de que observen los mismos estándares de calidad que los estadounidenses. El acuerdo llega después de que, en los últimos meses, estallasen en China distintos escándalos relacionados con la seguridad alimentaria, alguno de los cuales se ramificó hasta EEUU. Pese a la concesión de Pekín, los inspectores estadounidenses sólo serán autorizados a examinar 10 tipos de productos, principalmente comida en conserva, para mascotas y pescado de piscifactoría, precisamente las categorías más afectadas en los escándalos del pasado. La delegación de Washington que, se reunió con fines comerciales con sus homólogos chinos en la capital del gigante asiático, consideró que el ámbito del acuerdo podrá expandirse en el futuro a otras categorías. Washington también advirtió que sancionará a las compañías exportadoras que no cumplan con los estándares de calidad de EEUU, prohibiéndoles la posibilidad de exportar a ese país. La presencia de los inspectores permitirá la creación de un historial público de los exportadores. Con todo, a cambio de esta pequeña humillación, China también sacó tajada: garantizó una mayor flexibilidad de Estados Unidos para aceptar a turistas chinos, ya que en la actualidad no es fácil para los súbditos chinos acceder a EEUU con un visado de turismo.