El primer ministro transalpino acepta las peticiones de los agentes socialesEl primer ministro transalpino acepta las peticiones de los agentes socialesmilán. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció ayer que en septiembre aplicará nuevas reformas, aunque esa declaración no fue suficiente para detener los ataques de los mercados contra Milán -fue la bolsa que registró el peor resultado de Europa, al caer un 5,16 por ciento-. El Gobierno transalpino se reunió con empresarios, banqueros y sindicatos, con el objetivo de elaborar una estrategia que permita apartar al país de la diana de los ataques de los inversores, estimulando el crecimiento económico. Los representantes sociales -que habían solicitado esta reunión la semana pasada mediante un comunicado en el que exigían una señal del Ejecutivo para arreglar la crisis- volvieron ayer a presionar al primer ministro para que responda con medidas concretas a los ataques de la especulación: "La gravedad del momento no admite pausas; necesitamos afrontar la situación con la máxima determinación sin buscar excusas o escapatorias. No podemos quedarnos de brazos cruzados hasta septiembre", declaró la presidenta de la patronal, Emma Mercegaglia, subrayando su disponibilidad y la del resto de organizaciones empresariales para trabajar durante las próximas semanas en un plan de crecimiento. Empresarios, banqueros y sindicatos presentaron varios puntos clave para abordar la crisis: inclusión en la Constitución del equilibrio presupuestario, una reforma fiscal, recortes a los gastos en política -que se encuentran entre los más elevados de Europa-, modernización de las relaciones industriales y del mercado del trabajo -tanto en el sector público como en el privado-, aceleración de las obras públicas y de las infraestructuras energéticas y de telecomunicaciones, así como la simplificación de la burocracia. A estos puntos se suman las privatizaciones y liberalizaciones en los servicios públicos locales, así como la difusión de las nuevas tecnologías en el sector público y privado, y los fondos estructurales eu- ropeos. Aceptados por el mandatario Berlusconi decidió acoger las peticiones de las partes sociales y anunció que el Ejecutivo de Roma va a trabajar durante las próximas semanas, con el objetivo de presentar en septiembre al Parlamento un plan de reformas que estimule el crecimiento. El primer ministro y su titular de Economía, Giulio Tremonti, quieren acelerar sobre todo la aprobación de la reforma fiscal -que busca reducir de cinco a tres la cuotas de IRPF-, en las inversiones para el sur del país, así como en la reforma laboral. Berlusconi propuso el miércoles ante el Parlamento una modificación de la legislación actual, conocida como Estatuto de los Trabajadores, con normas que favorecen a las empresas. Una medida que, sin embargo, amenaza con romper el frente constituido por empresarios y sindicatos. En este sentido, Susanna Camusso, secretaria de la mayor orga- nización laboral transalpina (Cgil) se apresuró ayer a aclarar que "la reducción de los derechos nunca ha llevado al crecimiento". Aunque Berlusconi volvió a tomar las riendas del Gobierno tras varias semanas de ausente, sus promesas no fueron tomados en serio por los mercados. Al igual que en las últimas jornadas, la banca fue la principal perjudicada, acusando la gran posesión de fondos nacionales, que asciende a 150.000 millones. El plan de Berlusconi no ha tenido mejor acogida sobre el mercado de la deuda: la prima de riesgo volvió a superar los 390 puntos básicos. Los interlocutores que ayer se reunieron con Berlusconi tampoco parecen confiar en las intenciones de un político que, durante sus largos años de Gobierno, ha dado prueba de ser más hábil con las promesas que con los hechos.milán. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció ayer que en septiembre aplicará nuevas reformas, aunque esa declaración no fue suficiente para detener los ataques de los mercados contra Milán -fue la bolsa que registró el peor resultado de Europa, al caer un 5,16 por ciento-. El Gobierno transalpino se reunió con empresarios, banqueros y sindicatos, con el objetivo de elaborar una estrategia que permita apartar al país de la diana de los ataques de los inversores, estimulando el crecimiento económico. Los representantes sociales -que habían solicitado esta reunión la semana pasada mediante un comunicado en el que exigían una señal del Ejecutivo para arreglar la crisis- volvieron ayer a presionar al primer ministro para que responda con medidas concretas a los ataques de la especulación: "La gravedad del momento no admite pausas; necesitamos afrontar la situación con la máxima determinación sin buscar excusas o escapatorias. No podemos quedarnos de brazos cruzados hasta septiembre", declaró la presidenta de la patronal, Emma Mercegaglia, subrayando su disponibilidad y la del resto de organizaciones empresariales para trabajar durante las próximas semanas en un plan de crecimiento. Empresarios, banqueros y sindicatos presentaron varios puntos clave para abordar la crisis: inclusión en la Constitución del equilibrio presupuestario, una reforma fiscal, recortes a los gastos en política -que se encuentran entre los más elevados de Europa-, modernización de las relaciones industriales y del mercado del trabajo -tanto en el sector público como en el privado-, aceleración de las obras públicas y de las infraestructuras energéticas y de telecomunicaciones, así como la simplificación de la burocracia. A estos puntos se suman las privatizaciones y liberalizaciones en los servicios públicos locales, así como la difusión de las nuevas tecnologías en el sector público y privado, y los fondos estructurales eu- ropeos. Aceptados por el mandatario Berlusconi decidió acoger las peticiones de las partes sociales y anunció que el Ejecutivo de Roma va a trabajar durante las próximas semanas, con el objetivo de presentar en septiembre al Parlamento un plan de reformas que estimule el crecimiento. El primer ministro y su titular de Economía, Giulio Tremonti, quieren acelerar sobre todo la aprobación de la reforma fiscal -que busca reducir de cinco a tres la cuotas de IRPF-, en las inversiones para el sur del país, así como en la reforma laboral. Berlusconi propuso el miércoles ante el Parlamento una modificación de la legislación actual, conocida como Estatuto de los Trabajadores, con normas que favorecen a las empresas. Una medida que, sin embargo, amenaza con romper el frente constituido por empresarios y sindicatos. En este sentido, Susanna Camusso, secretaria de la mayor orga- nización laboral transalpina (Cgil) se apresuró ayer a aclarar que "la reducción de los derechos nunca ha llevado al crecimiento". Aunque Berlusconi volvió a tomar las riendas del Gobierno tras varias semanas de ausente, sus promesas no fueron tomados en serio por los mercados. Al igual que en las últimas jornadas, la banca fue la principal perjudicada, acusando la gran posesión de fondos nacionales, que asciende a 150.000 millones. El plan de Berlusconi no ha tenido mejor acogida sobre el mercado de la deuda: la prima de riesgo volvió a superar los 390 puntos básicos. Los interlocutores que ayer se reunieron con Berlusconi tampoco parecen confiar en las intenciones de un político que, durante sus largos años de Gobierno, ha dado prueba de ser más hábil con las promesas que con los hechos.