La francesa paga 29 millones por controlarla y crecer en fibra ópticabarcelona. France Télécom dio ayer un pequeño paso empresarial en su camino por convertirse en un gigante de las telecomunicaciones en España. Un paso dado en Cataluña para crecer en el resto del país en la distribución de fibra óptica en edificios públicos y en zonas urbanas. Todo ello gracias a que la francesa compró a la Generalitat la parte que todavía ésta tenía de la operadora Al-pi especializada en soportes de telecomunicaciones. La compra ha servido a la Generalitat para aumentar sus arcas públicas y zanjar la venta de Al-pi, una operadora que difícilmente podría subsistir en el mercado con apoyo público. La compañía francesa compró ayer el 25 por ciento que le faltaba de Al-pi por 29,3 millones. El acuerdo garantiza la continuidad de todos los empleos y la entidad jurídica de Al-pi, que a partir de ahora "liderará la expansión en Cataluña y será la plataforma de desarrollo de negocio para grandes empresas en toda España", según el consejero delegado de France Télécom Jean-Marc Vignolles. El grupo francés ya controlaba el 75 por ciento de Al-pi a través de Uni2 y, con esta operación, la Generalitat recibirá un total de 29,3 millones de euros, 17 de los cuales en efectivo, que se destinarán a redes de telecomunicaciones y los otros 12,3 millones en derechos de uso. La Generalitat compartirá también con France Télécom la titularidad de 224 kilómetros de fibra óptica en 34 municipios catalanes y otros 180 kilómetros de la red troncal. La Generalitat también incorpora el derecho de uso de más de 800 kilómetros de red ya existentes en territorio catalán. France Télécom también comunciará con fibra óptica 227 edificios de la Generalitat y los centros de salud y de los centros educativos.