El primer ministro remarca la solidez del país y de su sistema financiero, aunque reconoce que el Estado aún tiene "muchas cosas por hacer"El primer ministro remarca la solidez del país y de su sistema financiero, aunque reconoce que el Estado aún tiene "muchas cosas por hacer"El primer ministro remarca la solidez del país y de su sistema financiero, aunque reconoce que el Estado aún tiene "muchas cosas por hacer"milán. La presión de los mercados ha obligado a intervenir a Berlusconi. El primer ministro italiano compareció ayer ante el Parlamento de su país, y tendió la mano a los banqueros, a los empresarios y los sindicatos -que la semana pasada instaron al Gobierno a tomar medidas para impulsar el desarrollo económico-, a los que convocó para hoy, con el objetivo de poner en marcha una reforma laboral. "El Gobierno ha propuesto una revisión del estatuto del trabajo", declaró el primer ministro. Asimismo, il Cavaliere insistió en la necesidad de aprobar "lo más rápido posible" una reforma fiscal para disponer de un "régimen impositivo más favorable para las familias, el trabajo y las empresas", en el marco de "un plan de acción inmediato" para relanzar el crecimiento del país. Otras medidas que puso sobre la mesa el mandatario milanés fueron una "fuerte reducción" del número de coches oficiales de los que dispone el país y equiparar los sueldos de los cargos públicos con los de sus colegas europeos. Asimismo, remarcó la necesidad de "mejorar la calidad de los servicios públicos que traban la competitividad". "Tendremos que liberar nuevos recursos para las inversiones e igualmente llamar a la colaboración de los inversores privados", insistió. Y es que Berlusconi, a pesar de que defendió la "solidez" del sistema económico italiano, reconoció que el plan de ajuste aprobado hace dos semanas -con el que el Ejecutivo espera ahorrar hasta 79.000 millones de euros- no es definitivo, y aún quedan "muchas cosas por hacer". "El crecimiento es el objetivo esencial", reconoció el mandatario, que trataba de alejar la amenaza de los mercados. Bancos sólidos Berlusconi, que retrasó su comparecencia hasta las 17.30 horas para evitar las reacciones de los mercados, insistió en la fuerza de su economía. "La situación a la que tenemos que hacer frente es la directa consecuencia de una crisis de confianza, que tiene que ser afrontada con coherencia y firmeza, sin dejarnos llevar por el nerviosismo de los mercados", indicó el jefe del gabinete italiano, afirmando que "la evolución de las cuentas públicas" en Italia "es más favorable que en otros países avanzados tras la recesión". En este sentido, señaló que las entidades financieras, en el ojo del huracán de los mercados, "tienen liquidez y han superado las pruebas de solvencia económicas". Asimismo, il Cavaliere remarcó la solidez del sistema político transalpino, como, según él, demostró al aprobar el plan de ajuste en tan solo tres días. El plan aprobado recientemente se centra en el copago sanitario, los recortes a las pensiones y el aumento de la edad de jubilación, así como en la reducción de los beneficios fiscales de las familias. Reunión en Bruselas Mientras tanto ayer el ministro de Economía transalpino, Giulio Tremonti -salpicado por varios escándalos de corrupción en las últimas jornadas- se reunió con el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean Claude Junker, un encuentro en el que debatieron sobre "todos los problemas que está atravesando la zona euro", según explicó el propio Junker. milán. La presión de los mercados ha obligado a intervenir a Berlusconi. El primer ministro italiano compareció ayer ante el Parlamento de su país, y tendió la mano a los banqueros, a los empresarios y los sindicatos -que la semana pasada instaron al Gobierno a tomar medidas para impulsar el desarrollo económico-, a los que convocó para hoy, con el objetivo de poner en marcha una reforma laboral. "El Gobierno ha propuesto una revisión del estatuto del trabajo", declaró el primer ministro. Asimismo, il Cavaliere insistió en la necesidad de aprobar "lo más rápido posible" una reforma fiscal para disponer de un "régimen impositivo más favorable para las familias, el trabajo y las empresas", en el marco de "un plan de acción inmediato" para relanzar el crecimiento del país. Otras medidas que puso sobre la mesa el mandatario milanés fueron una "fuerte reducción" del número de coches oficiales de los que dispone el país y equiparar los sueldos de los cargos públicos con los de sus colegas europeos. Asimismo, remarcó la necesidad de "mejorar la calidad de los servicios públicos que traban la competitividad". "Tendremos que liberar nuevos recursos para las inversiones e igualmente llamar a la colaboración de los inversores privados", insistió. Y es que Berlusconi, a pesar de que defendió la "solidez" del sistema económico italiano, reconoció que el plan de ajuste aprobado hace dos semanas -con el que el Ejecutivo espera ahorrar hasta 79.000 millones de euros- no es definitivo, y aún quedan "muchas cosas por hacer". "El crecimiento es el objetivo esencial", reconoció el mandatario, que trataba de alejar la amenaza de los mercados. Bancos sólidos Berlusconi, que retrasó su comparecencia hasta las 17.30 horas para evitar las reacciones de los mercados, insistió en la fuerza de su economía. "La situación a la que tenemos que hacer frente es la directa consecuencia de una crisis de confianza, que tiene que ser afrontada con coherencia y firmeza, sin dejarnos llevar por el nerviosismo de los mercados", indicó el jefe del gabinete italiano, afirmando que "la evolución de las cuentas públicas" en Italia "es más favorable que en otros países avanzados tras la recesión". En este sentido, señaló que las entidades financieras, en el ojo del huracán de los mercados, "tienen liquidez y han superado las pruebas de solvencia económicas". Asimismo, il Cavaliere remarcó la solidez del sistema político transalpino, como, según él, demostró al aprobar el plan de ajuste en tan solo tres días. El plan aprobado recientemente se centra en el copago sanitario, los recortes a las pensiones y el aumento de la edad de jubilación, así como en la reducción de los beneficios fiscales de las familias. Reunión en Bruselas Mientras tanto ayer el ministro de Economía transalpino, Giulio Tremonti -salpicado por varios escándalos de corrupción en las últimas jornadas- se reunió con el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean Claude Junker, un encuentro en el que debatieron sobre "todos los problemas que está atravesando la zona euro", según explicó el propio Junker. milán. La presión de los mercados ha obligado a intervenir a Berlusconi. El primer ministro italiano compareció ayer ante el Parlamento de su país, y tendió la mano a los banqueros, a los empresarios y los sindicatos -que la semana pasada instaron al Gobierno a tomar medidas para impulsar el desarrollo económico-, a los que convocó para hoy, con el objetivo de poner en marcha una reforma laboral. "El Gobierno ha propuesto una revisión del estatuto del trabajo", declaró el primer ministro. Asimismo, il Cavaliere insistió en la necesidad de aprobar "lo más rápido posible" una reforma fiscal para disponer de un "régimen impositivo más favorable para las familias, el trabajo y las empresas", en el marco de "un plan de acción inmediato" para relanzar el crecimiento del país. Otras medidas que puso sobre la mesa el mandatario milanés fueron una "fuerte reducción" del número de coches oficiales de los que dispone el país y equiparar los sueldos de los cargos públicos con los de sus colegas europeos. Asimismo, remarcó la necesidad de "mejorar la calidad de los servicios públicos que traban la competitividad". "Tendremos que liberar nuevos recursos para las inversiones e igualmente llamar a la colaboración de los inversores privados", insistió. Y es que Berlusconi, a pesar de que defendió la "solidez" del sistema económico italiano, reconoció que el plan de ajuste aprobado hace dos semanas -con el que el Ejecutivo espera ahorrar hasta 79.000 millones de euros- no es definitivo, y aún quedan "muchas cosas por hacer". "El crecimiento es el objetivo esencial", reconoció el mandatario, que trataba de alejar la amenaza de los mercados. Bancos sólidos Berlusconi, que retrasó su comparecencia hasta las 17.30 horas para evitar las reacciones de los mercados, insistió en la fuerza de su economía. "La situación a la que tenemos que hacer frente es la directa consecuencia de una crisis de confianza, que tiene que ser afrontada con coherencia y firmeza, sin dejarnos llevar por el nerviosismo de los mercados", indicó el jefe del gabinete italiano, afirmando que "la evolución de las cuentas públicas" en Italia "es más favorable que en otros países avanzados tras la recesión". En este sentido, señaló que las entidades financieras, en el ojo del huracán de los mercados, "tienen liquidez y han superado las pruebas de solvencia económicas". Asimismo, il Cavaliere remarcó la solidez del sistema político transalpino, como, según él, demostró al aprobar el plan de ajuste en tan solo tres días. El plan aprobado recientemente se centra en el copago sanitario, los recortes a las pensiones y el aumento de la edad de jubilación, así como en la reducción de los beneficios fiscales de las familias. Reunión en Bruselas Mientras tanto ayer el ministro de Economía transalpino, Giulio Tremonti -salpicado por varios escándalos de corrupción en las últimas jornadas- se reunió con el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean Claude Junker, un encuentro en el que debatieron sobre "todos los problemas que está atravesando la zona euro", según explicó el propio Junker.