barcelona. CatalunyaCaixa parece que ha frenado la sangría que padecían sus cuentas. La entidad que dirige Adolf Todó ha taponado la herida y ha conseguido cerrar los primeros seis meses del año con unos beneficios de 124 millones de euros, lo que supone un aumento del 36 por ciento respecto al año anterior. Claro que la tirita tiene un nombre: Repsol. CatalunyaCaixa vendió su paquete en la compañía petrolera y, tras realizar una dotación extraordinaria de 85 millones, se anotó el resto de plusvalías como beneficio. Sin contabilizar la venta ni la provisión, la entidad asegura que hubiera ganado 93,2 millones, lo que supone un ligero incremento del 1,4 respecto al primer semestre de 2010. Lo cierto es que la cuenta de resultados de CatalunyaCaixa sigue siendo débil. El margen de intereses hasta junio cayó un 53 por ciento, en parte motivado por la salida del negocio asegurador que la entidad vendió a Mapfre. Su margen bruto también cayó un 3,5 por ciento, pero el fuerte recorte de gastos y unas menores provisiones hicieron crecer el margen de explotación el 7 por ciento.