La entidad advierte de que las reformas siguen siendo urgentes, sobre todo en las CCAAnueva york. La guinda al pastel tras la puesta en cuarentena de Moody´s, la puso ayer el FMI. La institución capitaneada por Christine Lagarde hizo ayer públicos los documentos relacionados con la revisión económica de España, como parte de los requisitos del Artículo IV de la organización. En ellos se estima que aunque la respuesta de la política macroeconómica de las autoridades españolas ante la crisis "ha sido fuerte y de amplio alcance", las reformas en nuestro país "siguen siendo urgentes". Por esta misma razón, la oferta de recetas propuesta por el Fondo fue diversa. Con una tasa de paro "inaceptable", ya que duplica la media de la eurozona, los expertos recomendaron una vez más un sistema de negociación de los salarios más "descentralizado" y que se desligue en cierta forma de la inflación. El FMI señaló que también existe la necesidad de acciones adicionales para garantizar la sostenibilidad fiscal. Entre las propuestas sobre la mesa el FMI recomienda que suba de nuevo el IVA y los impuestos especiales, como el de los carburantes. Además encomió a llevar a cabo un recorte sustancial en las inversiones públicas y del gasto, especialmente en los sueldos de los funcionarios. Al mismo tiempo, hizo hincapié en las Comunidades Autónomas. La institución afirmó que los ajustes previstos por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero están basados en "proyecciones macroeconómicas optimistas y asumen que los gobiernos regionales cumplirán con sus objetivos de déficit". "Cumplir los objetivos será complicado", advirtió el Fondo. James Daniel, jefe de la misión del Fondo a España, explicó que, a día de hoy, existen dos grandes preocupaciones en lo que se refiere a nuestro país: "las proyecciones macroeconómicas pueden ser algo optimistas y las regiones no están cumpliendo con los objetivos fiscales". Además añadió que "la reforma del sector financiero tiene que ser completada de manera decisiva". Desde la institución señalaron que la agenda sobre política económica de España "sigue siendo difícil".