El fabricante suizo asegura que los precios de este producto caerán tras sufrir un encarecimiento "increíble" este añomadrid. Nestlé, la mayor empresa de alimentación del mundo, espera que los precios de la leche caigan a 3.600 dólares la tonelada, una notable caída teniendo en cuenta que ha llegado a tener un coste de 5.400 millones este año, por el aumento de la producción, según constató ayer el responsable ejecutivo de la compañía, Peter Brabeck-Letmathe. El aumento del precio de este año ha sido "increíble'', dijo Brabeck en una entrevista en Vevey, sede de la empresa suiza. Aunque los precios no volverán a sus niveles anteriores, serán "más aceptables", añadió. Nestlé, fabricante de productos de alimentación infantil como Neslac y Good Start, prevé que sus costes por la compra de leche suban este año un tercio hasta los 6.000 millones de francos (unos 5.400 millones de dólares). En este aumento han tenido que ver la sequía en Australia y la demanda de biocombustibles, que ha incrementado los precios de los cereales y del pienso. Además, los de la leche también han subido por la demanda de India y China. Pero no sólo la leche es la protagonista de la cesta de la compra. Los precios del maíz también caerán el próximo año, según señaló Brabeck, quien quiso dejar claro que el aumento de los precios de las materias primas fue el único factor por que el que su compañía subió los precios a los consumidores. En concreto, la leche en polvo con bajo contenido de grasa o desnatada, la referencia para el mercado mundial, ha subido un 61 por ciento este año en el mercado de futuros de Chicago. En cuanto a los futuros sobre la leche líquida, han subido este año casi un 50 por ciento en el mercado. Eso sí, Brabeck no especificó a qué tipo de leche estaba refiriéndose. Aumentos favorables "Ahora que los precios de las materias primas están moviéndose nos encontramos de nuevo con la posibilidad de que continúen las subidas en algunos precios y esto, por supuesto ayuda a mejorar el rendimiento de la empresa'', dijo Brabeck. En su opinión, "por lo general, un modesto aumento del precio es bueno". En la anterior década, con los precios de las materias primas estables o más bajos, se creó una "difícil" situación para Nestlé porque el pequeño comercio aceptaba menos los incrementos de precios de la empresa, aún cuando los salarios y los alquileres estaban subiendo, concluyó Brabeck.