Bruselas aprueba la ayuda pública con la que Londres acudió al rescate de su entidad bancariabruselas. La Comisión Europea, ejemplo de celeridad en este caso, autorizó ayer el plan de salvamento a corto plazo del banco hipotecario Northern Rock. Plan que el Gobierno británico le presentó el 26 de noviembre. La intervención pública de Londres para taponar el agujero negro que la crisis de las hipotecas basura desveló en esta entidad bancaria se ajusta, a juicio de los expertos de defensa de la Competencia de Bruselas, a las reglas comunitarias que regulan las ayudas al salvamento de empresas. Reglas que si bien permiten que los Gobiernos eviten quiebras sonadas, también encorsetan el margen de acción de las autoridades públicas para evitar que aprovechen la coyuntura y caigan en la tentación de dopar a sus grupos más allá de lo estrictamente necesario para garantizar su liquidez inmediata. De hecho, Bruselas evitó ayer entrar a calcular el importe total de las ayudas; y aseguró que su papel es obligar a Londres a establecer mecanismos que garanticen que no se incurra en excesos. Plazo: hasta marzo La bendición de Bruselas se limita a apuntalar el banco durante un periodo de seis meses que acabará el 17 de marzo próximo. Si Londres pretende seguir inyectando dinero público en Northern Rock más allá de esta fecha, deberá volver a solicitar la autorización de la Comisión Europea. Y la solicitud, si se produjera, debería ir acompañada de un plan de reestructuración que, a juicio de Bruselas, garantice la futura viabilidad comercial de la empresa. Es decir, que a medio plazo volviera a ser capaz de volar con sus propias alas. En este caso, estaríamos hablando no ya de ayudas al rescate, sino de ayudas a la restructuración.