Muchas han sido las calificadas por periodistas y analistas como "semanas clave" desde que hace ya más de un año Grecia reconociera que sí, que tenía un problema de deuda, pero pocas han dado tantas alegrías a los inversores como la que ahora termina. Tanto a los que tienen títulos de renta fija como a los que atesoran acciones de compañías europeas. El acuerdo entre los miembros de la Eurozona, que contempla alargar los plazos de vencimiento y recortar el interés hasta el 3,5 por ciento de la deuda griega, la participación privada en el rescate y la posibilidad de que el Fondo de Rescate compre bonos de países como España o Italia en caso de dificultad, ha dejado con muy buen sabor de boca a las bolsas europeas en general y al Ibex 35 en particular. El fuerte peso de los bancos en el principal índice español -de media en Europa han rebotado cerca de un 6 por ciento, pese a que ayer la recogida de beneficios dejó un saldo negativo en muchos de ellos- ha llevado al Ibex 35 a convertirse en el índice más alcista en la última semana. No sólo ha firmado una de sus mejores semanas del año. También ha conseguido recuperar el terreno positivo en el conjunto del ejercicio (se anota un 2,03 por ciento) y reconquistar el nivel de los 10.000 puntos. Similar optimismo se vio en el mercado de renta fija. En España, la prima de riesgo ha caído de los 337 a los 294 puntos básicos y la rentabilidad del bono pasó del 6,07 al 5,76 por ciento. Fuertes correcciones se dejaron sentir también en el mercado italiano. El diferencial de su deuda con respecto a la alemana se contrajo de los 306 a los 258 puntos y el rendimiento de su bono a diez años se contrajo hasta el 5,40 por ciento. Por no mencionar que su índice bursátil, el Ftse Mibtel, ha sido, tras el Ibex, el que más ha avanzado de Europa, con una rentabilidad semanal del 5,48 por ciento. Semejantes cifras, y la imperiosa necesidad de ver algo de tranquilidad en Europa, ha llevado a muchos a preguntarse si el rebote que han protagonizado las bolsas en las últimas sesiones se mantendrá en el tiempo. A corto plazo, aún hay optimismo e incluso algunos, como Natalia Aguirre, de Renta 4, incluso vaticinan un Ibex por encima de los 10.300 puntos este verano. Pero la opinión mayoritaria es que, pese a que se vean puntuales subidas, aún no se puede hablar de un rebote sostenible. La volatilidad seguirá, por tanto, reinando a sus anchas. "Ha habido sorpresas positivas, pero todavía no hay un big bang", afirman en Bank of America. "El acuerdo de Europa no acaba con la crisis de la eurozona, es un parche que permite ganar tiempo a los mercados", asegura Javier Ruiz, de Metagestión. Y es que, si bien todos coinciden en que el acuerdo alcanzado el jueves entre los países miembros de la eurozona es el paso más importante que se ha dado hasta ahora para solucionar la crisis griega, también creen que aún quedan temas pendientes. Algunas de esas dudas son: ¿se conseguirá con estas medidas generar crecimiento? ¿Es suficiente el grueso del Mecanismo de Estabilidad Europeo como para permitirle ayudar a países como Italia o España o hay que engordarlo? La falta de respuestas y la falta de concreción de la ejecución del acuerdo, que parece que se retrasará hasta septiembre, es lo que lleva a los analistas a negar la posibilidad de que el rebote de las últimas sesiones sea algo sostenible. "Necesito ver el bono por debajo del 5,25 por ciento para creerme la subida", afirma Miguel Paz, de Unicorp. "Esperaríamos a ver caídas por debajo de los 10.000 puntos antes que volver a entrar con posiciones largas (en el Ibex)", apunta Javier Flores, analista de Dracon Partners. El oro muestra que el miedo sigue ahí Y, de hecho, una de las pruebas de que aún hay miedo en el mercado se ve en la cotización del oro. A priori, rallies como los vistos en las bolsas los últimos días deberían haberse traducido en fuertes pérdidas en el metal precioso, activo refugio por excelencia. Sin embargo, el precio del oro se ha incrementado de los 1.593 a los 1.605 dólares por onza, rubricando así su tercera semana consecutiva con ganancias. En ello ha ayudado la apreciación del euro frente al dólar. La moneda única se ha revalorizado nada menos que un 1,4 por ciento frente al billete verde, hasta alcanzar los 1,43 dólares.