La familia pasa a controlar más del 70% de la inmobiliaria y lanzará una opa por todo el capital a mediados de eneromadrid. Puede que a Román Sanahuja se le haya hecho interminable los 21 meses que ha tardado en conquistar el trono de Metrovacesa. Pero... por fin ayer el empresario catalán hizo realidad uno de sus sueños: ser presidente de Metrovacesa. Un paso que ya estaba escrito en el pacto de separación que firmó la familia Sanahuja con el tándem formado por Joaquín Rivero y Bautista Soler. El patriarca de la saga catalana asumió ayer la presidencia de Metrovacesa, tras la salida de Rivero y sus aliados. Sanahuja aprovechó el mismo acto para nombrar a sus fieles caballeros que le apoyarán en su nueva aventura. Jesús García de Ponga se ha convertido en su incondicional escudero al ocupar el cargo de consejero delegado, mientras que Carlos Conde y Pablo José Ugarte fueron designados consejeros. Pablo Usandizaga ocupó el puesto de vicesecretario. Otro de los puntos que aprobó el consejo de administración fue la reducción de capital de Metrovacesa. A través de esta operación, la participación de los Sanahuja se ha elevado hasta el 70,6 por ciento, frente al del 39,67 por ciento que tenían. Este porcentaje otorga la mayoría de la inmobiliaria a la familia catalana y, según la ley, está obligada a lanzar una oferta para comprar el resto de los títulos. Hasta mediados de enero tienen de plazo para realizar esta operación, que ofrecerá 83,21 euros por acción. Todavía le quedan a los Sanahuja varios pasos para poner fin al acuerdo de separación. Uno de ellos es tomar el control de una sociedad francesa que tiene activos inmobiliario por valor de 1.800 millones de euros. La actividad en el país galo será un pilar del área internacional de la nueva compañía que nace bajo el mando de los Sanahuja. La idea es que esta sociedad maneje una cartera de activos de 13.600 millones de euros.