DreamWorks revoluciona un panal contra la industria de la mielLo que hace diferentes y novedosas a las películas animadas de los estudios Pixar, aliados de Disney, no es solamente la avanzada tecnología que emplean, sino su esmero para dar con historias de interés, con guiones sólidos, con una dramaturgia. Y lo que hace débiles a las de su más cercana competencia, los estudios DreamWorks, es que se aferran a una fórmula de guión única, que le sirve para desplegar sus múltiples encantos informáticos. Bee Movie, el último intento de estos últimos, es intachable como animación informática, pero se sirve de un predecible esquema narrativo, con abejas que recuerdan a hormigas y tiburones de otras películas. Es sencillo: se humaniza el entorno conocido del insecto, en este caso la colmena, que funciona como una organizada metrópoli, se levanta un héroe contra la barbarie de los humanos y se desliza todo hacia un final edulcorado, edificante y feliz. No es que Bee Movie no tenga mérito ni encanto, pero en el fondo no deja de ser Antz en clave apícola. Cuatro años de trabajo constante le ha costado al estudio terminar esta historia heróica en la que Barry, un abejorro encantador y rebelde, se levanta contra el sistema de esta colmena, en la que cada abeja debe escoger un trabajo que pasará haciendo el resto de sus días. Una vez que descubre que los humanos trafican con la miel, entabla también una pelea legal para combatir el expolio, apoyado por una humana y un grupode leguleyos. El final apuesta por el equilibrio de la cadena alimenticia y se inclina por darle la razón a Einstein, que supuestamente dijo que si las abejas desparecieran de la tierra, el hombre no sobreviviría más de cuatro años. La omisión de la Abeja Reina y los zánganos parece una arbitrariedad nunca justificada en este sistema apícola, quizá demasiado inclinado a facilitar el trabajo de los guionistas, los mismos que ahora se han puesto en pie de guerra contra las productoras. El doblaje No deja de ser penoso que siempre en las películas de animación los esfuerzos de los actores que colocan voz a los personajes, en este caso el cómico norteamericano Jerry Seinfeld (que es el responsable de los diálogos y fue el que aportó la idea principal en un monólogo) y Renée Zellweger, entre otros, se pierdan en la traducción. Pese a todo, Bee Movie es un sofisticado entretenimiento, muy cuidado en los detalles de producción, y quizá la película más adecuada para los más pequeños estos días. Aunque lo más probable es que por culpa de su cándido relato con moraleja no consiga atrapar también la atención de adolescentes y adultos, un importante segmento del público que ya no se conforma con que la animación sea bonita, sino que exige además una historia consistente.