El presidente de la inmobiliaria presentará su dimisión el próximo martes para dejar el timón al mando de Sanahujamadrid. Cuatro días le quedan a Joaquín Rivero para seguir presidiendo Metrovacesa. El ejecutivo presentará el próximo martes, 4 de diciembre, su dimisión en la reunión que celebrará el consejo, informaron a elEconomista fuentes cercanas a la inmobiliaria. Ese día, Rivero, junto a sus fieles caballeros, saldrá de la inmobiliaria española para dejar en manos de los Sanahuja el timón de la compañía. Un paso que no pilla de sorpresa y que sigue el camino que acordaron los dos rivales el pasado mes de febrero, cuando firmaron la paz para separar el grupo y poner fin a un año de guerra. En un principio, se planea que Román Sanahuja asuma la presidencia de la sociedad, un cargo que los accionistas ratificarán el próximo 19 de diciembre en la Junta. A por Gecina Con las manos vacías no se marchará el ejecutivo jerezano, ya que pasará a tomar el control de la filial francesa Gecina. De hecho, las acciones que Metrovacesa tenía en la compañía gala ya han pasado a manos de la pareja Joaquín Rivero y Bautista Soler. A partir de este momento, los dos socios empiezan su andadura en el país galo, aunque tampoco se olvidarán del mercado español de la mano de una nueva sociedad llamada Bami. Por su parte, los Sanahuja también rozan ya el control de Metrovacesa. Se prevé que se anulen el próximo martes un volumen de acciones del grupo, de manera que el capital social se reducirá al 59,8 por ciento. De ese porcentaje, la familia catalana concentrará en sus manos el 43,25 por ciento, es decir, que pasará a tener la mayoría de la inmobiliaria. Una vez que llegue ese momento, esta saga se verá obligada a lanzar una oferta para comprar todas las acciones de la inmobiliaria. El precio que ofrecerá por acción será de 83,21 euros. El proyecto de los Sanahuja también contará con presencia en Francia porque Gecina le deberá traspasar activos por un valor de 1.800 millones de euros a su sociedad gala denominada Medea. Los dos bandos rivales ya casi saborean de forma independiente los pasteles que se repartieron.