La patronal echa la culpa al marco regulatorio y pide mayor flexibilidad horariaLa patronal echa la culpa al marco regulatorio y pide mayor flexibilidad horariamadrid. La crisis del consumo también afecta a los más grandes. Las compañías integradas en la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), entre las que figuran El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Cortefiel, Eroski, Ikea y Leroy Merlin, tienen motivos para la preocupación tras reconocer ayer una facturación de 39.459 millones de euros en España durante el pasado ejercicio, lo que supone un estancamiento de sus ventas, un 1,2 por ciento menos, frente a la caída del 5 por ciento registrada el año anterior. Si se echa la vista más atrás, en 2008, las ventas cayeron también cerca del 2 por ciento, por lo que las grandes superficies acumulan ya tres años consecutivos de caídas en España. Las ventas en el extranjero crecieron un 16,3 por ciento, hasta 891 millones de euros, que, sumados al negocio en el mercado español, arrojan una facturación total de 40.350 millones de euros. Pese a estos problemas relacionados con la caída del gasto en España, las grandes superficies mantuvieron su inversión en línea con el año anterior (2.502 millones de euros) y cerraron el pasado jercicio con una plantilla global de 237.682 empleados, 196 menos que en 2009. En la asamblea anual de Anged, celebrada ayer, el presidente de la organización, Juan Manuel de Mingo, destacó las reducciones considerables de precios que ha aplicado el sector, así como la financiación del consumo, ya que "más del 60 por ciento del crédito al consumo está sostenido por las grandes empresas de distribución". Ante un ejercicio 2011 en el que, según opinó, "la situación económica va a seguir teniendo perfiles muy complicados", De Mingo propuso una serie de líneas de actuación para la regeneración de las instituciones y la vida pública y abogó por impulsar la unidad de mercado, al entender que la fragmentación desanima la inversión foránea. Por su parte, el vicepresidente de la patronal y presidente de Carrefour España, Rafael Arias Salgado, insistió en la necesidad de una reforma de la normativa a la que se ve sometido el sector de la distribución. "Sirven para restringir el campo de actividad más que para de flexibilizarlo y ampliarlo", dijo. En este sentido, se mostró convencido de que la flexibilización horaria mejoraría la competitividad y además hubiera podido evitar bastantes despidos en el sector.madrid. La crisis del consumo también afecta a los más grandes. Las compañías integradas en la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged), entre las que figuran El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo, Cortefiel, Eroski, Ikea y Leroy Merlin, tienen motivos para la preocupación tras reconocer ayer una facturación de 39.459 millones de euros en España durante el pasado ejercicio, lo que supone un estancamiento de sus ventas, un 1,2 por ciento menos, frente a la caída del 5 por ciento registrada el año anterior. Si se echa la vista más atrás, en 2008, las ventas cayeron también cerca del 2 por ciento, por lo que las grandes superficies acumulan ya tres años consecutivos de caídas en España. Las ventas en el extranjero crecieron un 16,3 por ciento, hasta 891 millones de euros, que, sumados al negocio en el mercado español, arrojan una facturación total de 40.350 millones de euros. Pese a estos problemas relacionados con la caída del gasto en España, las grandes superficies mantuvieron su inversión en línea con el año anterior (2.502 millones de euros) y cerraron el pasado jercicio con una plantilla global de 237.682 empleados, 196 menos que en 2009. En la asamblea anual de Anged, celebrada ayer, el presidente de la organización, Juan Manuel de Mingo, destacó las reducciones considerables de precios que ha aplicado el sector, así como la financiación del consumo, ya que "más del 60 por ciento del crédito al consumo está sostenido por las grandes empresas de distribución". Ante un ejercicio 2011 en el que, según opinó, "la situación económica va a seguir teniendo perfiles muy complicados", De Mingo propuso una serie de líneas de actuación para la regeneración de las instituciones y la vida pública y abogó por impulsar la unidad de mercado, al entender que la fragmentación desanima la inversión foránea. Por su parte, el vicepresidente de la patronal y presidente de Carrefour España, Rafael Arias Salgado, insistió en la necesidad de una reforma de la normativa a la que se ve sometido el sector de la distribución. "Sirven para restringir el campo de actividad más que para de flexibilizarlo y ampliarlo", dijo. En este sentido, se mostró convencido de que la flexibilización horaria mejoraría la competitividad y además hubiera podido evitar bastantes despidos en el sector.