Madrid. Abertis ha dado un viraje en su estrategia que puede traer importantes consecuencias. La concesionaria española, atascada desde hace año y medio en su fallido intento de fusión con la italiana Atlantia, está tomando posiciones en la portuguesa Brisa, donde ya controlaba el 10,25 por ciento del capital, y podría haber adquirido entre el 5 y el 8 por ciento más, según la prensa lusa. Como consecuencia, Brisa ha roto de forma unilateral el acuerdo de asociación estratégica que mantenía con Abertis desde 2002, según Ep. Lejos de desmentir el aumento de su participación, los portavoces de Abertis se limitaron a señalar que, cuando tengan la obligación legal de comunicar algo al mercado, lo harán. Una sibilina respuesta, teniendo en cuenta que, según la normativa portuguesa, la española no estaría obligada a hacer ningún comunicado hasta superar el listón del 20 por ciento. Esta marca deja un margen del 10 por ciento a Abertis para elevar su peso en Brisa sin tener que desvelarlo públicamente. La discreción siempre ha caracterizado al grupo catalán, cuyas últimas grandes operaciones se han conocido cuando ya estaban prácticamente cerradas. El creciente interés por Brisa contrasta con la progresiva pérdida de atractivo de Atlantia. De hecho, las última noticias apuntan a que cualquier matrimonio con el grupo italiano es, prácticamente, imposible. Una ruptura que abre la puerta a estrechar lazos con Brisa, un viejo conocido de Abertis, cuyas participaciones cruzadas se remontan al año 2002. Sin embargo, hace seis meses, el grupo luso abandonó el consejo de Abertis, tras deshacerse de su participación accionarial. Una noticia que se interpretó como el fin de su alianza... aunque ahora parece lo contrario