La diferente valoración de Ricardo Lozano y la compañía por el 31 por ciento de Crédito y Caución retrasa la ventaMADRID. Retrasada, sin acuerdo y con serias posibilidades de no acabar en nada. Así se encuentran en este preciso momento las negociaciones entre Seguros y la compañía privada Catalana Occidente en la venta del 31,3 por ciento de las acciones de Crédito y Caución en manos del organismo público (a través del Consorcio de Compensación de Seguros, dependiente del Ministerio de Economía).La entidad que dirige Ignacio Machetti tiene un 41,2 por ciento de la aseguradora de crédito y decidió rebajar hasta el entorno del 10 su participacion, debido a su elevada presencia, lo que podría despertar las reticencias de los gobiernos de algunos países en los que está presente Crédito y Caución, después de haber adquirido la holandesa Atradius. Esta fusión, actualmente en proceso, situará a Crédito y Caución -y a Catalana Occidente, su accionista principal- en un lugar de privilegio en el seguro de crédito internacional, con presencia en los principales países del mundo. Es la pata que le faltaba al español. Por eso, rápidamente, la aseguradora -que posee un 43,18 por ciento del capital- se ofreció como comprador del paquete del Consorcio. Sin embargo, según ha podido saber elEconomista de distintas fuentes próximas a la negociación, la venta se está retrasando "más de la cuenta" ya que ambas partes "no se ponen de acuerdo en el precio". BNP Paribas actúa en nombre de la aseguradora que preside Josep María Serra, mientras que AFI se impuso a once rivales -entre ellos Santander, BBVA, KPMG o Atlas Capital- para defender los intereses del director de Seguros, Ricardo Lozano. Pero las diferencias de valoración del precio han frustrado cualquier conato de acuerdo. "El problema es que no coinciden con el precio", confirma una de las dos partes. ¿Será necesario un árbitro?Las posturas están enfrentadas e, incluso se han radicalizado. Mientras fuentes de Catalana Occidente esperan que "se cierre esta operación lo antes posible", Lozano ha llegado a insunuar que es posible que no se llegue a un acuerdo. Economía no está dispuesto a vender a cualquier precio, y busca lograr, como es lógico, las máximas plusvalías. Por ello, Lozano no ha dudado en llamar al Consejo Consultivo de Privatizaciones para que le asesore. Le interesa tanto que ha cogido personalmente el timón. Ante la tensión existente, el sector no ve descabellada la entrada en acción de un tercer banco de inversión, que actuará como árbitro en el conflicto. Éste dictaminará que el precio justo será el que más se aproxime a la media.