El argumento era la pluralidad. Esgrimido con 'talante' por el Gobierno Socialista, el modelo actual de TDT, plagado de canales, parecía muy conveniente para respetar la libertad de expresión, la proliferación de nuevas ideas. Pero el modelo era absurdo. Y más aún en época de crisis. Muchas fueron las voces críticas que alertaron de la inviabilidad de este sistema. La publicidad no llegaba para todos. La inversión era limitada y en ningún caso podría dar para cubrir las necesidades de las decenas de canales que asomaban la cabeza en este nuevo panorama. Sin embargo, aunque este modelo puede ya tacharse de metedura de pata por parte del Gobierno, lo más llamativo es la actitud de los promotores de muchos de esos canales. Una cosa es que el Ejecutivo se pase de optimista pero, otra cosa bien distinta, es que la gente que al final asumirá los riesgos de poner en marcha un canal no haya sabido ver el peligro. Sin 'vista larga', los riesgos son mayores. La industria de las dos ruedas, contra Navarro Pere Navarro, el flamante director general de Tráfico, la ha vuelto a liar. Si hace unos meses levantó en armas a buena parte de los conductores españoles por la decisión de recortar la velocidad máxima a 110 kilómetros por hora, ahora ha abierto otra nueva herida, esta vez con los fabricantes de motocicletas, a cuenta del nuevo carné de conducir A, cuya entrada en vigor se producirá de forma simultánea en la UE el 19 de enero de 2013. Fiel a la política cortoplacista impulsada desde el Ministerio del Interior y apoyándose en el aumento del número de víctimas que conducen motocicletas de alta cilindrada, Navarro trabaja a todo gas en la definición de las condiciones que deberán salvar aquellos conductores que quieran pilotar motocicletas con más de 35 Kw (47 caballos de potencia). Del contenido del borrador en que trabaja la DGT se conoce que contempla un mínimo de 17 horas de formación: cinco de conocimientos téoricos más doce de prácticas, de las cuales ocho horas se tendrán que realizar en vías abiertas al tráfico general, cubriendo un mínimo de 500 kilómetros. El coste aproximado de este "curso de formación", tal y como lo define en su borrador la DGT, rondará los 1.000 euros. Anesdor, la patronal que agrupa a los fabricantes de ciclomotores y motocicletas, lo considera un examen en toda regla que supondrá la puntilla a un segmento de negocio (el de motos de media y alta cilindrada) que este año experimentará un retroceso superior al 11 por ciento por la crisis, con un volumen de matriculaciones inferior a las 55.000 unidades.