La guerra de precios del tabaco de las últimas semanas continúa dando de qué hablar. La última de las grandes tabaqueras que operan en España, JTI, decidió sumarse ayer al resto de sus competidores y bajó hasta 25 céntimos sus principales marcas. De esta manera, las cajetillas más demandadas en España tienen ya su precio por debajo del impuesto mínimo, con las consecuencias negativas que esto tiene en la recaudación del Estado. Los grandes grupos están dispuestos a tensar la cuerda hasta que el Gobierno decida reformar la actual fiscalidad que rige el tabaco. La mayoría considera, y así se lo han hecho saber a la Administración en reiteradas ocasiones, que el impuesto mínimo debería actualizarse de forma automática cuando suben los precios del tabaco para evitar desfases. Además, creen que habría que equilibrar el peso del impuesto 'ad valorem' para equipararse a la fiscalidad del resto de los países de la Unión Europea. Por el momento, el Gobierno no está por la labor de sentarse con las tabaqueras a negociar una solución al conflicto, que puede llevar a reducir en unos 1.400 millones de euros la caja de la Administración en materia de impuestos. Además, el consumo entre los jóvenes, que no ha descendido en los últimos meses consecuencia de la alta penetración del contrabando, podría ir en aumento, lo que destrozaría la política antihumos aplicada por el Ejecutivo. El mercado necesita una solución cuanto antes. ¿Cuántos cartuchos le quedan al canal Veo7? La apuesta de Unidad Editorial por el sector televisivo ha tenido una primera intentona infructuosa. La parrilla generalista y la gestión de Ernesto Sáenz de Buruaga no han servido para levantar el proyecto y la dirección del grupo ha optado por suspender la programación propia hasta que se decida definitivamente cuál es el modelo de canal que mejores resultados pueda aportar. Con calma, desde la compañía ya han avanzado que necesitan un periodo de reflexión que podría alargarse indefinidamente en el tiempo. Acertar con el segundo intento es vital, ya que si la apuesta vuelve a fracasar la situación ya se convertiría en insostenible. Cada intento frustrado pesa demasiado en las cuentas de la compañía y la cosa no está para bromas. Por eso, si el descalabro se produce una segunda vez, ¿qué pasará entonces? Todo hace pensar que desde Italia, donde está el grupo de control de Unidad Editorial, RCS, se dará la orden de vender de forma inmediata. Es por eso que en Unidad Editorial no quieren cometer dos veces el mismo error. La televisión puede ser una gran oportunidad, una gran arma pero, de doble filo.