Renuncia a tener un banco comercial en Italia a cambio de unas plusvalías de 2.360 millonesSube al 19 por ciento la rentabilidad sobre ABN Amro y se reduce el beneficio por acciónmadrid. El Santander ha dado otra vuelta de tuerca a la operación sobre ABN Amro. Ayer anunciaba un acuerdo con Monte dei Paschi di Siena para venderle Banca Antonveneta por 9.000 millones de euros. Con esta operación, el grupo que preside Emilio Botín consigue, en un sólo movimiento, obtener unas plusvalías de 2.360 millones, mejorar sus ratios de capital, ahorrarse la planeada ampliación de capital y, lo que constituye rizar el rizo en estos tiempos de crisis, encandilar a los mercados. Recibieron la noticia con un alza del 3,9 por ciento, lo que llevó a los títulos del banco a cerrar en su máximo histórico: 15 euros por acción.El cambio en el guión se gestó hace unos diez días, cuando Botín recibió la llamada de Guiseppe Mussari, el presidente de Monti dei Pashi, para ofrecerle 9.000 millones a cambio de la vieja aspiración del Santander de ser dueño de una banca minorista en el país transalpino. Analizados los pros y los contras de la operación, la resolución llegó muy pronto. Ayer se reunía el Consejo de Administración del Santander que daba luz verde a la transacción.La entidad justificó ayer la venta del Antonveneta por una cuestión de tamaño. Era una entidad interesante, estratégica, según habían repetido hasta la saciedad durante la dura batalla por hacerse, junto a sus dos socios, con los activos de ABN Amro, pero demasiado pequeña para los ambiciosos planes del banco español. El Santander lo expuso así a los analistas y Emilio Botín a sus accionistas mediante una carta. El argumento es que con la sexta entidad italiana y una cuota de mercado del 5 por ciento, disponer de peso en ese mercado hubiera requerido de tiempo y, sobre todo, de mayores inversiones. Recoger unas plusvalías del 35 por ciento sobre la inversión inicial cuando aún ni siquiera se ha llevado a cabo el reparto del ABN Amro, también lleva adosado otra variación sobre lo números hechos sobre la mayor operación en la historia del banco. El impacto sobre el beneficio por acción se reducirá en un punto en 2009 y 2010, tras restar el efecto dilución que hubiera provocado la ampliación de capital ahora cancelada y la menor aportación estimada de beneficios al desaparecer Antonveneta.Hasta aquí, el de no contar con banca minorista en Italia y la disminución de beneficio por acción, los efectos negativos del giro anunciado ayer. Pero es que el otro lado de la balanza pesa mucho más.Las jugosas ganancias le permiten ahorrarse una ampliación de capital del 3 por ciento, ya que el Santander, tras la venta de participaciones, otros activos y la emisión de las obligaciones subordinadas convertibles, había recolectado más de 15.000 millones de euros para pagar la factura de 19.900 millones de euros por su parte en ABN Amro.Mejora de los ratios de capitalLos ratios de capital, los que miden la relación entre los recursos propios y los activos del banco, pasan de un 5,3 por ciento a una banda entre el 6 y el 6,2 por ciento. Además, la rentabilidad de la operación sobre el holandés se calcula que llegará al 19 por ciento en 2010, cuando lo previsto era el 13 por ciento.Dispone de algo más de 4.000 millones de efectivo para acometer, si quiere nuevas compras. En el horizonteno tiene ninguna, aseguraba ayer, aunque seguirá con ellas en el medio plazo. Lo que si tiene previsto es seguir deshaciéndose de activos de ABN Amro, hasta quedarse sólo con el brasileño Banco Real. El siguiente podría ser Interbanca, la división de banca corporativa del Antonveneta no incluida ayer, y a la que el Santander pone en venta por entre 800 y 1.000 millones.