Estima que la 'teleco' se revalorizará más que la media del Ibex 35 y EuroStoxxmadrid. César Alierta, presidente de Telefónica, rescató ayer de la memoria un poderoso argumento para justificar el plan de despidos que afectará en los próximos meses a más de 6.000 empleados de su compañía: "No quiero pensar cómo estaría Telefónica si no hubiera realizado ERE a finales de los 90, estaría quebrada". En su opinión, el ajuste laboral resulta imperioso ante la exigencia de competir en los 26 países en los que el grupo tiene presencia. En su intervención en la junta de accionistas de Telefónica, el ejecutivo explicó que la historia de los ERE de su compañía "demuestran que los trabajadores que se han acogido a dichas regulaciones lo han hecho en las mejores condiciones, respetando los principios de universalidad, voluntariedad y no discriminación". De esa forma, y gracias a la cultura del pacto que se prodiga en la organización, el año pasado se recortó el 10 por ciento de la plantilla en Alemania "y no ha pasado nada". En el turno de respuestas a los accionistas, Alierta también aventuró que los títulos de la operadora se van a revalorizar más que la media del Ibex 35 y del EuroStoxx. Entre los motivos que sustentan esta previsión personal destaca el hecho de que la multinacional "se encuentra en el mejor de los mundos: el entorno digital, escenario que no existiría sin la calidad de nuestras redes de telecomunicaciones", dijo. Cotización penalizada Alierta reconoció que las acciones de Telefónica están "subvaloradas" y que la cotización resulta penalizada por la crisis del sur de Europa. Así, vino a explicar que el hecho de que la compañía sea uno de los valores más líquidos del selectivo europeo lo convierte en objetivo de los que invierten a corto. Sobre el mismo asunto incidió en su discurso, que se repartió por escrito a los 2.300 accionistas presentes en la junta, al señalar que los títulos resultaron negativamente afectados por la inestabilidad económica de los países periféricos europeos (Portugal, Irlanda, Grecia y España). Sin embargo, Alierta destacó a su compañía como la segunda operadora entre las europeas relevantes por rentabilidad total acumulada para el accionista, que se situó en el 77,1 por ciento entre marzo de 2006 y el mismo mes de 2011. Sólo Vodafone, con una rentabilidad del 97 por ciento en los cinco últimos años, ofrece un rendimiento mejor para los accionistas que la española. Asimismo, "la rentabilidad por dividendo de Telefónica en 2010 alcanzó el 8,2 por ciento", la mayor de entre las primeras 50 compañías del mundo por capitalización. En el mismo discurso, el directivo se felicitó porque ningún otro operador "puede igualar" la base combinada de más de 730 millones de accesos. En dicha cifra se incluyen los clientes de China Unicom e Italia Telecom, socios de la española, que se suman a 288 millones de clientes de Telefónica. Con el respaldo del más del 93 por ciento de los accionistas, la junta aprobó todos los puntos del orden del día. Entre ellos se encontraba el visto bueno a las cuentas de 2010, cuyo beneficio ascendió a 10.167 millones de euros, y el reparto de dividendo de 0,77 euros por acción. La junta aprobó con el mayor consenso el plan de incentivos para los directivos del grupo y se renovó a Ernst & Young como auditor de cuentas. También se aprobó la reelección de los consejeros Isidro Fainé, Vitalino Manuel, Julio Linares, David Arculus, Carlos Colomer, Peter Erskine, Alfonso Ferrari, Antonio Massanell, así como el nombramiento de Chang Xiaobing, presidente de China Unicom.