madrid. Mientras media España estaba ayer de vacaciones, los directivos de Exxon Mobil, la empresa cotizada más grande del mundo, se ponían manos a la obra y presentaban las cuentas del tercer trimestre de 2007. Y lo cierto es que los resultados no han sido tan buenos como se esperaba. Aunque su beneficio neto ascendió hasta los 6.524,75 millones de euros, esta cifra representa un 10 por ciento menos que entre julio y septiembre del año anterior. No obstante, Exxon Mobil también puede ser positiva y ver el vaso medio lleno, puesto que si lo que se comparan son los nueve primeros meses del año en lugar de un solo trimestre, la diferencia con respecto a 2006 es de sólo un uno por ciento.En total, desde principios de año hasta finales de septiembre, la compañía norteamericana obtuvo un beneficio neto de 20.072,1 millones de euros, 208 millones menos que en la misma etapa del año pasado. Para los accionistas todos estos datos se traducen en 1,17 euros por cada título, algo menos de lo que esperaban algunos analistas, que habían calculado un valor de 1,2 euros por acción.Entre las razones que se han barajado para explicar este descenso en los resultados, destacan la caída de los márgenes de refino y los altos precios del petróleo. Sin embargo, la mala racha no ha amilanado a los directivos de la norteamericana. Según indicaba ayer su presidente, Rex W. Tillerson, a través de un comunicado, "Exxon Mobil ha continuado invirtiendo de forma activa en el último trimestre". Una afirmación que se sostenía en unas cifras acordes con el tamaño mastodóntico de la compañía. Concretamente a lo largo del tercer trimestre, la petrolera hizo inversiones por valor de 3.744,2 millones de euros, un ocho por ciento más que en el mismo periodo de 2006. Además, la compañía anunció que construirá una nueva refinería en Singapur, que será una de las mayores del mundo y con la que piensan atender la demanda de la región a partir de 2011.