Niskayuna (EEUU). A tan sólo tres horas y media de la Gran Manzana, el monstruoso conglomerado creado por General Electric cuenta con un descomunal complejo donde se cuece la próxima generación de productos ecológicos con los que la compañía quiere revolucionar el planeta. Una iniciativa que desde mayo de 2005 pretende demostrar que el medio ambiente y la empresas convencionales pueden evolucionar de forma conjunta y, por supuesto, ganar dinero, el objetivo de toda empresa.Prepárense porque en poco tiempo, su casa dejará de usar bombillas y estará forrada con papel fluorescente, se alimentará de energía solar y, por supuesto, analizará las formas de cómo ahorrar en las facturas energéticas, gracias a un cerebro informático. Entre las fotografías de los más destacados científicos del mundo que decoran sus innovadoras instalaciones, Lorraine Bolsinger, la tenaz y simpática vicepresidenta de GE ecomagination, reconocía que "hemos superado los 1.000 millones de dólares en inversiones para investigación y desarrollo en tecnologías limpias en 2007 y esperamos aumentar dicha cifra hasta los 1.500 millones de dólares antes de 2010". Todo un logro. Proyecto con dos años de vidaCon tan sólo dos años de vida, este proyecto acumula alrededor de 2.500 millones de dólares destinados íntegramente a la creación y desarrollo de nuevas formas de ayudar a los consumidores a solucionar sus necesidades medioambientales y financieras. Como no, con un total de 45 nuevos productos eficientes, a la par que ecológicos, ecomagination se ha convertido en un nuevo campo de desarrollo para General Electric cuyos ingresos han aumentado un 12 por ciento desde que nació la idea y esperan alcanzar los 20.000 millones de dólares en los próximos tres años. "Al fin y al cabo, llegará un momento en que los consumidores sólo demandarán productos y energías limpias y no aceptarán el hecho de usar otro tipo de alternativas más baratas pero a su vez dañinas para el medioambiente", reconocía la vicepresidenta de ecomagination.En la actualidad, el centro global de investigación de GE se encuentra situado en Niskayuna, Nueva York, pero la compañía posee instalaciones similares en Shangai, Munich y Bangalore, donde se desarrollan nuevas herramientas en sectores tan dispares como el energético, el industrial, transporte o el consumo y desarrollo de agua. Con la euforia desatada por la buena marcha de esta "incubadora de nuevas ideas verdes", como define Bolsinger el proyecto, en las entrañas de los distintos laboratorio se dan vida a los más innovadoras aplicaciones. Sustituto de las bombillasAnnil Duggal, líder en la dirección de investigación de productos eléctricos y orgánicos del centro, enseñaba por primera vez en público lo que en GE denominan un Diodo Orgánico Emisor de Luz (OLED) por sus siglas en inglés, una especie de plástico transparente moldeable y con la posibilidad de ser tintado que promete convertirse en un emocionante sustituto de las clásicas bombillas. Por supuesto, GE también tiene en el horno un cerebro inteligente que permitirá a los inquilinos calcular la cantidad de energía consumida, así como formas de abaratamiento y ayuda al medioambiente. Este dispositivo "está conectado a todos los termostatos y electrodomésticos del hogar", comentaba Paul Tanpitukpongse, responsable del proyecto. Además, la casa ecológica de GE ecomagination "estará energéticamente alimentada por luz solar", como bien explicó Danielle Merfeld, encargada de la investigación de tecnologías solares. El transporte es otro de los campos esenciales para GE, por eso, la compañía ha desarrollado un innovador software, conocido como "Trip Optimizar" que permitirá a los conductores distintas formas de amortizar la energía consumida, aminorando el gasto de gasolina y mejorando la calidad del viaje. También, el equipo liderado por Vlatko Vlatkovic, desarrolla motores eléctricos e híbridos para convertir los medios de locomoción en una forma eficiente y limpia de moverse. Energía eólicaLa fabricación de las aspas incluidas en los motores de las turbinas que acompañan a buena parte de los aviones también sufrirá un importante cambio. A partir de ahora, GE se ha encargado de fabricar nuevos materiales, en especial el compuesto de carbono, que "permitirá crear aspas de hasta 70 metros" reconocía Pete Finnigan, investigador jefe. Así, la energía eólica también será el objetivo de un lavado de cara que permitirá crear "molinos de viento" cuyo radio será mayor al de un Boeing 747.Como si de la chistera de un mago se tratase, GE ecomagination tiene muchos más trucos en cuarentena como novedosos sistemas de desalinización, que podrían ayudar "enormemente a mejorar nuestras vidas" declaraba Paul Tonko, presidente de la Autoridad de Desarrollo e Investigación Energética del Estado de Nueva York. Al fin y al cabo, GE ha sido una de las compañías pioneras en formar parte de la Acto Climático Conjunto de EE.UU, en el que las más importante empresas del país impulsan nueva regulación para el cambio de la normativa a favor del medioambiente, así como en sacar provecho económico de la tecnologías limpias. Parece que la idea no fue descabellada y el volumen de negocio promete convertirse en un apetecible bocado. Crece en beneficios y ventasEl grupo estadounidense ingresó en los primeros nueve meses del año 87.648 millones de euros (124.160 millones de dólares), mientras que su beneficio neto ascendía a 10.956 millones de euros (15.521 millones).En el tercer trimestre del año, en el que el conglomerado alcanzó un beneficio de 3.907 millones de euros (5.500 millones de dólares), General Electric obtuvo pedidos por valor de 19.946 millones de euros (24.000 millones de dólares), lo que significa un avance del 20 por ciento.