Lo justifican por la decisión de la UE de recortar la producción de remolachavalladolid. Ebro Puleva, la mayor empresa de alimentación española, acometerá en los próximos meses la reestructuración industrial más amarga del sector. La Unión Europea está dando fuertes subvenciones a los agricultores para reducir el cultivo de remolacha. La intención de Bruselas es conseguir rebajar la producción hasta la mitad. Con esta nueva medida sobre la mesa, a Ebro no le queda otro remedio que reestructurar su negocio. "Todavía no hemos decidido cuáles, pero vamos a cerrar tres de las siete plantas que tenemos en España", aseguró ayer Antonio Hernández Calleja, el presidente de la compañía. Tras años de reestructuración, que han supuesto el cierre ya de cinco plantas azucareras, el grupo tiene, actualmente, cuatro fábricas en Castilla y León y tres en Andalucía. Están ubicas en La Bañeza (León), Peñafiel (Valladolid), Miranda de Ebro (Burgos) y Toro (Zamora), además de dos en Jerez y una en Sevilla. Posibles recolocacionesLa pregunta es bastante obvia: ¿Cuánto empleo se recortará? Hernández Calleja prometió que habrá planes de recolocación y que el impuesto será mínimo, aunque todavía no hay apenas alternativas definidas. Las únicas, las que estaban ya previstas en Cádiz: la construcción de una planta de biodiesel y de una refinería de azúcar que supondrán una inversión de más de 75 millones de euros en conjunto para paliar el abandono industrial en la provincia. En el último ejercicio, la división azucarera aportó unos ingresos de 687 millones de euros a las arcas del grupo, lo que equivale al 28 por ciento de su facturación total, que se elevóa a 2.248 millones de euros. En 2006, aunque esta actividad representó todavía el 31,6 por ciento del resultado bruto de explotación (Ebitda) de la compañía, unos 96,9 millones, la intención de Ebro es reducir progresivamente su exposición a este negocio y entrar en otros con mayor potencial, como ha hecho ya con las pastas con la compra, por ejemplo, de Panzani.Impacto desconocidoEl gigante alimentario insiste, además, en que todavía no se puede cuantificar el impacto que la reestructuración va a tener en su cuenta de resultados. El pasado 3 de octubre, la empresa mandó un comunicado a la CNMV en el que aseguraba que '"no resulta posible realizar una estimación del impacto económico que la nueva OCM (Organización Común de Mercado) tendrá en las cuentas de Azucarera Ebro". Según explica la compañía, '"este alcance concreto resultará de las negociaciones entre las organizaciones agrarias, las industrias azucareras y las administraciones competentes que, previsiblemente, habrán de quedar culminadas antes de que acabe 2007". Ayer, Antonio Hernández Calleja volvió a insistir en ésta misma idea al asegurar que "todo dependerá de lo que decidan los agricultores".El grupo tiene una plantilla total de 6.784 trabajadores en todo el mundo, aunque sólo 1.300 de ellos están dedicados a la actividad azucarera de forma directa. No obstante, hay que tener en cuenta también que Ebro trabaja con más de 20.000 agricultores especializados en el cultivo de la remolacha, que son los que se van a ver afectados por la reorganización del mercado que ha impulsado Bruselas. Otro dato a destacar es que, tras el anuncio de la noticia, la acciones de Ebro cayeron en la bolsa un 0,29 por ciento, hasta los 13,89 euros por título.Sin embargo, Ebro Puleva no es la única compañía que se ha visto obligada a reestructurar su negocio. La cooperativa castellano-leonesa Acor, que tiene dos plantas (una en Valladolid y otra en Olmedo) en la misma provincia, ha anunciado también el cierre de la fábrica situada en Valladolid debido a los planes de la Unión Europea. Con todo esto parece que, de ahora en adelante, a éstas compañías no les quedará más remedio que importar la materia prima. Eso sí, al menos será más barata.