La gestión de riesgos a lo largo de la cadena de valor es una cuestión de competitividad: protege la reputación de la empresa y garantiza el cumplimiento de los principios de gestión ética y desarrollo sostenible. Pero es una de las asignaturas pendientes de la RSC en nuestro país: sólo la mitad de las grandes empresas españolas aplican criterios sostenibles a la cadena de suministro, según datos de la Asociación Española de Profesionales de Compras, Contratación y Aprovisionamientos (Aerce) y la Cámara de Comercio de Madrid. Eso sí, en el caso de las grandes compañías tiene un efecto amplificador, generando una onda expansiva entre todo tipo de empresas. Precisamente, dos campos aparecen en el horizonte como áreas de mejora en materia de RSC, ambas vinculadas a la cadena de valor: practicar la sostenibilidad respecto a los proveedores, los clientes y los consumidores, según el informe Empresas globales y liderazgo en sostenibilidad elaborado por la Deusto Business School y Randstad. Nueve de cada diez máximos directivos reconocen los beneficios de la RSC como factor de mejora de la competitividad, según datos de Aerce. "Es el gestor de compras quien puede transmitir los valores y las estrategias de RSE en la cadena de suministro, ya que es él quien gestiona las relaciones con proveedores", según Paloma Lemonche, directiva de Aerce Madrid. "La compra responsable da coherencia a las políticas de gestión de la empresa a lo largo de la cadena de suministro, mejorando la eficiencia, minimizando riesgos y aportando valor". La cuestión es, ¿se puede considerar a una empresa responsable si los proveedores con los que trabaja no lo son? "El consumidor final tiene una percepción general de las empresas y de su actividad y no distingue los eslabones que forman parte de su cadena de suministro, por lo que de poco sirve cuidar el medio ambiente, ser transparentes y cuidar a los trabajadores, si los proveedores con los que trabajamos no lo hacen", puntualiza Carmen Verdera, gerente de Relaciones con Instituciones Europeas y RSC de la Cámara de Comercio de Madrid, en una reciente jornada organizada para animar a las empresas y proveedores a compartir valores de gestión sostenible. Entre los asistentes, Ferrovial Agromán, Carrefour, Indra o NH. Buenas prácticas No son las únicas. Danone premia a sus mejores proveedores. Abengoa está desarrollando un modelo de auditoría para proveedores homologables. En Accenture se exige a los proveedores unos mínimos en materia de RSC, "y si no están alineados con nuestras políticas, dejamos de trabajar con ellos", indican fuentes de la compañía. Gas Natural Fenosa y Bankinter son dos ejemplos de adopción de sistemas de gestión de compras sostenibles. La energética dispone de un código ético en su relación con los proveedores que incluye, por ejemplo, una política de compra a proveedores locales en los países en los que opera cuya cifra oscila entre el 60 por ciento de Marruecos o el 91 por ciento de Panamá, según fuentes de la compañía, además de contar con una línea de formación para los proveedores. Por su parte, Bankinter se ha marcado como objetivo anticiparse a posibles fallos en el suministro con la implantación de un proceso de homologación, por el cual los proveedores cumplimentan un cuestionario sobre su salud o su riesgo operativo. Vodafone España ha lanzado una guía para que sus proveedores se comprometan con la RSC. En el ejercicio 2009-2010, la compañía compró productos por valor de 4.436 millones de euros, y para asegurar la gestión sostenible pone especial foco en los proveedores directos, asegurando que cumplen con el Código de Compras Éticas y transmitiéndole la necesidad de que ellos actúen de la misma manera con sus propios proveedores. En el plan de expansión iniciado por Inditex, la compañía también aboga por la responsabilidad de la cadena de suministro, sobre todo en el caso de las filiales de la compañía en el exterior, y elabora su propio ranking de calidad de proveedores.