Prepara medidas para liberalizar el comercio y facilitar el acceso a viviendas en alquiler paris. El sector del comercio ve cada día más cerca su libertad. Las primeras propuestas encaminadas a liberalizar el sector del comercio para reducir los precios para los consumidores y facilitar el acceso a viviendas de alquiler fueron presentadas al presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, la semana pasada. Una masiva dosis de desregulación comercial con la abolición de leyes en vigor que, como subraya Franco Bassanini, "hacen que la Francia de hoy se parezca a la Italia de antes de los decretos Bersani de 1997". La comisión presidida por Jacques Attali para la liberalización del crecimiento francés, de la que Bassanini forma parte junto Mario Monti, presentó a Nicolas Sarkozy una primera serie de recomendaciones sobre un tema especialmente querido para el presidente francés, dado que representa una de las promesas más repetidas en su campaña electoral: el relanzamiento del poder adquisitivo.Para los estándares del país, se trata de un big bang con el que poner fin a la prohibición de las ventas de bajo coste, ampliando así las modalidades y el horizonte temporal de las rebajas, y eliminar el complejo mecanismo de autorizaciones que regula la apertura de nuevos comercios.Un millón de empleosSegún el informe de la comisión, el final de este sistema conduciría "a una disminución consolidada de los precios al consumo comprendida entre el 2 y el 4 por ciento, así como a la creación de un millón de nuevos puestos de trabajo en la gran distribución, en el comercio al por menor, en la hostelería y en la restauración".Siguiendo siempre el espíritu de una profunda desregulación, se recomienda una única autoridad de la competencia, con responsabilidad incluso en materia de concentración. Se sugiere, asimismo, la creación de iniciativas legales que representen a muchos consumidores que hayan padecido situaciones similares, con algunos límites para evitar la aplicación, como sucede en Estados Unidos del llamado daño punitivo, el resarcimiento multiplicador del daño material.El otro aspecto sobre el que se concentra este primer informe se refiere a la crisis de los alojamientos. Hay tres millones y medio de franceses que viven en condiciones precarias y, para mejorar su situación, Attali, que fue un estrecho colaborador del socialista Francois Mitterand, propone hacer más fluido el mercado de alquiler. Por ejemplo y entre otras cosas, los propietarios no podrán exigir al mismo tiempo la entrega de un aval y de un depósito. Depósito, que, de todas formas, no se admitirá que sea mayor que el coste de un mes de alquiler. En el grupo, que integran 40 personas, están la ex ministra española de Exteriores Ana Palacio o el ex comisario europeo de Competencia Mario Monti. Dado el carácter exuberante de la personalidad del propio Attali y la composición extraordinariamente heterogénea y multidisciplinar del grupo de expertos por él coordinado, figura entre las recomendaciones a Sarkozy una que prevé incluso la creación de nuevas ciudades modelo, de 50.000 habitantes. Las han llamado Ecopolis y deberían responder a los más modernos requisitos en materia de tutela medioambiental, calidad de las cons- trucciones y vanguardia tecnológica. Éste es un informe preliminar. Los consumidores tendrán que esperar hasta fin de año para conocer el documento definitivo, entonces estarán más cerca de ver cómo se reduce su consumo corriente.Pero la recomendación que más polémica generó fue una que no figuraba entre las propuestas. La supuesta propuesta se refería a la revisión del artículo 5 de la Carta para el medio-ambiente, incorporada a la Constitución. Se trata del llamado "principio de precaución", con el que las autoridades públicas se reservan el derecho de limitar o suspender iniciativas y proyectos cuya realización pudiese tener un impacto negativo "grave o duradero sobre el medioambiente".La idea le sentó fatal a la secretaria de Estado para la Ecología, Natalie Kosciusko-Morizet, que, bajo la presidencia de Chirac, batalló para dotar a la Carta de valor constitucional.La ministra que se hizo eco de la propuesta, que no era tal, dijo que veía huellas de "conservadurismo" y "una dimensión reaccionaria de la política", según la cual la tutela del medioambiente es incompatible con el crecimiento económico."Es la formulación del artículo, más bien vaga y genérica, la que ha suscitado nuestra perplejidad. La precaución es un principio que compartimos, pero el exceso de precaución puede bloquear el crecimiento", sostiene Franco Bassanini, el ex ministro italiano de la Función Pública. Por ejemplo, en el capítulo dedicado a la reforma de la Administración Pública se apuesta incluso por la supresión de las provincias.Por lo tanto, si Sarkozy buscaba ruptura, la ha encontrado entre sus asesores de la comisión de Attali. Podría haber sido mayor si no se hubiese acallado la polémica sobre la supuesta iniciativa relacionada con el control de las construcciones que afectan negativamente al medioambiente.